El viceministro Peña explicó este jueves que se está avanzando en la redefinición de las medidas que involucran a las botellas plásticas, pero dijo que no existía un plazo para la entrega de una propuesta final al presidente Rafael Correa
Quito. Pocas reuniones están previstas para socializar el proyecto de reforma tributaria que actualmente analiza el gobierno y que incluye los denominados impuestos verdes (recargos a los autos, botellas plásticas y a tabacos).
Aunque el ministro de Finanzas, Patricio Rivera, había anunciado que aún no existe una propuesta definida, porque se la está socializando, hasta el momento solo se ha concretado una reunión de la ministra coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, con el sector de la industria de los plásticos.
De acuerdo con el viceministro de Producción, Mauricio Peña, la semana que viene habría otra reunión de esta misma cartera de Estado con el sector automotor.
Entre tanto, el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha recibido una solicitud de audiencia del sector de los licoreros.
Esa cita se definirá apenas el director general, Carlos Marx Carrasco, regrese al país, tras un viaje que realizó a Brasil como presidente del Centro Internacional de Administración Tributaria (CIAT).
El viceministro Peña explicó este jueves que se está avanzando en la redefinición de las medidas que involucran a las botellas plásticas, pero dijo que no existía un plazo para la entrega de una propuesta final al presidente Rafael Correa.
Sobre el tema del impuesto a los vehículos sostuvo que en países como el nuestro, donde hay profundas diferencias sociales, no basta con poner un impuesto al consumo de gasolina.
En Ecuador, el vehículo que más contamina es el vehículo más viejo, que lo tiene una persona de menor capacidad económica. Por ello cargarle el impuesto a ese carro tendría una afectación social grave, comentó.
En cuanto a la posibilidad de ingresar a un proceso de chatarrización para vehículos viejos que no superen los 2.000 cc, dijo que es un plan a bastante más largo plazo y requiere de más recursos de los que estaban previstos.
Esa idea –que fue expuesta esta semana por el mandatario Correa– tiene que ver con la entrega gubernamental de un bono para comprar nuevos vehículos a cambio de que el automotor antiguo sea destruido o convertido en chatarra.