La lista se aplica en tres centros de abastos: la Terminal de Transferencia de Víveres de Guayaquil, el Mercado Mayorista de Quito y el mercado El Arenal de Cuenca.
El primer listado de precios referenciales de 16 productos, que servirá para el control que realicen los intendentes en los mercados, incluye no sólo el costo referencial del artículo, sino también valores mínimos y máximos bajo los cuales estarán los rangos de control.
Para el efecto, el ministerio de Agricultura (Magap) difundió el viernes pasado la lista referencial que regirá para tres centros de abastos: la Terminal de Transferencia de Víveres de Guayaquil, el Mercado Mayorista de Quito y el mercado El Arenal de Cuenca.
Así, por ejemplo, el precio referencial fijado para la lechuga en la Terminal de Transferencia de Guayaquil es de US$6 el bulto (aproximadamente 85 libras). El valor mínimo fijado es de US$5,44 y el máximo US$6,56.
El mismo esquema rige para otros ítems. El costo referencial del saco de yuca (190 libras) es de US$30. El rango mínimo de precio se fijó en US$28,73 y el máximo en US$31,27.
El Magap refiere que los productos incluidos han sido determinados con base en la disponibilidad de información, presencia en mercados mayoristas y su estacionalidad.
Los ítems que se incluyen son el aguacate, arveja tierna, guineo, cebolla blanca, cebolla paiteña, fréjol tierno, lechuga, limón, maracuyá, naranjilla, pimiento, piña, plátano maduro, plátano verde, tomate riñón de invernadero y yuca.
La vigencia de esta lista rige desde el 5 de abril y culmina el 4 de mayo próximo.
Esta publicación surge en cumplimiento del Decreto 1438, que estableció una política de precios para el control de la especulación en 46 ítems agroalimentarios.
En tanto, en un recorrido efectuado este sábado en el Mercado Mayorista del sur de Quito se evidenció una mayor información para el público.
Consultada una de las vendedoras, quien prefirió no identificarse, afirmó que colocar los precios en cada uno de los sacos favorece la venta del producto porque los clientes se fijan en la calidad y ya no hay necesidad de estar rebatiendo sus costos.
Carmen Cifuentes, una ama de casa que compraba los alimentos para la semana, dijo que le parece una buena medida el hecho de que se exija a los comerciantes poner precios a todos los productos que se exhiben, ya que de esta forma se permite calcular su valor.