Aunque el secretario del Tesoro de Estados Unidos alabó el compromiso de los líderes del gigante asiático de buscar una reforma en el tipo de cambio, enfatizó que se trata de "una elección de China”.
Pekín. La decisión de reformar el yuan debe adoptarla China por sí misma, dijo el secretario del Tesoro estadounidense Timothy Geithner, al cierre de un diálogo bilateral en que ambas potencias se presionaron mutuamente para aflojar sus restricciones comerciales.
La política china de congelar su tipo de cambio y fijarlo al dólar ha sido uno de los principales puntos de confrontación entre las dos partes en los últimos meses.
Sin embargo, ambas emplearon los dos días del Diálogo Estratégico y Económico para dar una luz de esperanza a las preocupaciones de la contraparte, como los controles de Estados Unidos a las exportaciones hasta un programa de innovación en China.
En el aspecto político del encuentro, ambos países coincidieron en la importancia de estabilizar la península coreana, después de que Corea del Sur acusara a su vecino del norte de hundirle un buque de guerra.
Aunque no ahondaron en detalles, las conversaciones parecían haber logrado estabilizar las amplias y en ocasiones hostiles relaciones entre Estados Unidos y China, que a comienzos de este año atravesaron por un período de tensión.
En sus comentarios al cierre del encuentro, Geithner alabó el compromiso de los líderes chinos de buscar una reforma en el tipo de cambio, como parte de una agenda más amplia con miras a estimular el consumo interno y reequilibrar el crecimiento global.
"Esto, por supuesto, es una elección de China", afirmó.
Geithner dijo que estaba "más confiado que nunca" en que China aceptará que está dentro de sus intereses permitir que el yuan retome su apreciación como una manera, por ejemplo, de contener la inflación.
Zhu Guangyao, viceministro de Finanzas chino, dijo después del encuentro que Estados Unidos "entiende" que China va a reformar su tipo de cambio basada en sus propias necesidades.
En una reiteración del discurso de Pekín, Zhu advirtió que los "ruidos externos" sobre el ritmo de las reformas chinas al yuan sólo retrasarían cualquier medida.
Pero funcionarios han advertido también que un tipo de cambio más fuerte en China sería insuficiente por sí solo para reducir el abismal déficit comercial bilateral.
Estados Unidos teme que las propuestas de China para promover la innovación tecnológica al interior de su país puedan discriminar a las compañías estadounidenses, dijo el representante de Comercio, Ron Kirk.
Todo avance de China en materia de protección a la propiedad intelectual y en las barreras al acceso al mercado podría ser más importante que la reforma sobre el yuan, dijo Kirk a Reuters en una entrevista.
"Esto puede ser tan valioso, sino más, que cualquier cosa que logremos en materia de tipo de cambio", sostuvo Kirk.
El déficit comercial anual de Estados Unidos con China bajó a US$226.800 millones en 2009, desde un récord de US$268.000 millones en 2008.
Sin embargo, el gobierno de Obama busca aumentar las exportaciones del país y reducir la brecha comercial, y muchos congresistas buscan que el presidente intensifique su presión sobre China por su políticas cambiaria.
Disciplina fiscal. China es el mayor acreedor de la deuda estadounidense, con bonos del Tesoro por US$895.200 millones. Funcionarios chinos, incluyendo al primer ministro Wen Jiabao, recomendaron el año pasado al gobierno de Obama que debía evitar políticas fiscales que pudieran afectar el valor de esos títulos.
Geithner dijo a los futuros líderes chinos que el gobierno de Obama busca reducir paulatinamente el déficit del país como porcentaje del Producto Interno Bruto.
"La estrategia básica es asegurarnos de que nuestra economía está creciendo, después establecer reformas a largo plazo y restablecer la disciplina básica en el proceso presupuestario que abandonamos en la década pasada", dijo el funcionario en su discurso.
Las tensiones entre Pekín y Washington afloraron en los primeros meses del año, cuando China reclamó por las críticas estadounidenses a su entidad censora de internet, las ventas de armas de Washington a Taiwán y el encuentro de Obama con el Dalai Lama, el líder exiliado del Tíbet.
Tras el difícil comienzo de año, ninguno de los dos países parecía dispuesto a correr el riesgo de generar preocupaciones en los mercados con nuevos enfrentamientos, por lo que se abordaron los conflictos mutuos con suavidad.