A menos de que surja un evento inesperado, el representante republicano Jeb Hensarling y la senadora demócrata Patty Murray divulgarán una declaración conjunta señalando que los 12 miembros de la "supercomisión" no lograron llegar a un acuerdo.
Washington. Una "supercomisión" del Congreso de Estados Unidos anunciaría formalmente este lunes el fracaso en su esfuerzo de tres meses por forjar una plan de reducción de déficit de US$1,2 billones, dijeron asesores a Reuters.
A menos de que surja un evento inesperado, el representante republicano Jeb Hensarling y la senadora demócrata Patty Murray divulgarán una declaración conjunta señalando que los 12 miembros de la "supercomisión" no lograron llegar a un acuerdo, indicaron los asesores.
Un fracaso había sido previsto por buena parte del fin de semana, y las reacción de los mercados podría ser apagada debido a que los inversores están concentrados en la crisis de deuda de la zona euro.
Los futuros de las acciones estadounidenses abrieron a la baja cuando comenzaron las operaciones en Asia, con los futuros de los índices Dow Jones y S&P 500 retrocediendo más de un 1%.
Un fracaso de la supercomisión, integrada por seis republicanos y seis demócratas, podría consolidar la noción de un Washington disfuncional entre los votantes y los inversores.
"El Congreso está desperdiciando la oportunidad de proveer un plan creíble para los mercados", dijo Paul Ballew, economista en jefe de Nationwide Insurance. "Lo último que necesitamos es más incertidumbre", agregó.
Congreso con mínima aprobación. El Congreso tiene un mínimo nivel de aprobación luego de que un año de disputas sobre el presupuesto llevó al gobierno al borde de una paralización y generó la primera rebaja en la historia de la calificación de Washington por parte de la agencia Standard & Poor's.
Si las dos partes no alcanzan un acuerdo, comenzarán recortes de gastos automáticos que ascenderían a US$1,2 billones -divididos equitativamente en programas militares y domésticos- en el 2013 para asegurar que Estados Unidos adopte medidas para controlar su deuda creciente.
El panel, que contaba con poderes inusuales, era visto por muchos como la mejor oportunidad en el corto plazo para que Washington pusiera bajo control una deuda nacional que cruzó la marca de 15 billones de dólares hace pocos días y ahora equivale al tamaño de su economía.
El punto muerto en la discusión dentro del panel se centró en la oposición republicana a los aumentos de impuestos, en particular a los estadounidenses más ricos, y la negativa demócrata de recortar jubilaciones federales y beneficios de salud sin tales aumentos fiscales.
Los inversores temen que el estancamiento dañe los esfuerzos del presidente Barack Obama por extender un recorte impositivo temporal y beneficios mejorados para desempleados.
Retirar este estímulo podría empujar a Estados Unidos de vuelta a la recesión, sostienen economistas.