En lo inmediato, tres serían los ejecutivos que dejarían sus puestos, encabezados por la presidenta de inversiones, Ina Drew.
Reuters. JPMorgan Chase & Co aceptaría esta semana la renuncia de la presidenta de inversiones, Ina Drew, después de que el banco perdió US$2.000 millones o más con una estrategia fallida de cobertura usando derivados, dijeron este domingo fuentes familiarizadas con la situación.
Dos subordinados de Drew que estuvieron involucrados en las operaciones, Achilles Macris y Javier Martin-Artajo, serían despedidos, según personas familiarizadas con la situación.
Drew presentó su renuncia en reiteradas oportunidades después de que el banco descubrió que su cartera de derivados vinculados a bonos estaba perdiendo dinero rápidamente y que había crecido mucho como para deshacerlo velozmente, según una de las fuentes.
Sin embargo, la renuncia no fue aceptada de inmediato debido a su rendimiento pasado en el banco.
Hasta la divulgación de pérdidas de US$2.000 millones el jueves por la noche, Drew era considerada como una de las mejores administradores de riesgos de hojas de balance.
Ella es una de las ejecutivas con mayor salario de JPMorgan. En los dos últimos años ganó más de US$15 millones anuales.
"Ina es una inversionista increíble", dijo un administrador de dinero que conoce a Drew, pero que declinó a ser nombrado. "Ella ha hecho un gran trabajo durante muchos años. Pero ellos sólo recuerdan tu última operación", añadió.
El presidente ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, dijo al anunciar la pérdida el jueves que el banco sigue investigando qué salió mal y que se tomarían acciones disciplinarias.
Dimon calificó el manejo y descuido de la cartera de derivados "desprolijo" y "estúpido".
Previamente el domingo, Dimon afirmó en una entrevista transmitida por televisión que ejecutivos del banco habían reaccionado mal a señales de advertencia el mes pasado respecto a que la entidad tenía grandes pérdidas en operaciones financieras con derivados.
"A la defensiva". En la entrevista en el programa de televisión "Meet the Press" de la cadena NBC, Dimon dijo que los ejecutivos del banco estuvieron "totalmente equivocados" en declaraciones públicas dadas en abril, después de haber sido cuestionados por sus actuaciones en informes de los medios de comunicación.
"Nos pusimos muy a la defensiva. Y gente empezó a justificar todo lo que hicimos", dijo Dimon al programa "Meet the Press" de la NBC. "Nosotros dijimos algo que era completamente equivocado hace tan sólo cuatro semanas", agregó.
A principios de abril, Bloomberg News y el Wall Street Journal publicaron artículos citando a fuentes en los mercados de derivados que decían que la Oficina Principal de Inversión de JP Morgan había hecho grandes apuestas que distorsionaron los precios.
Dimon calificó estos artículos como "una tempestad en un vaso de agua" cuando se le preguntó por el tema en una conferencia telefónica el 13 de abril.
Pero el jueves Dimon anunció que el banco, el más grande de Estados Unidos por activos, perdió US$2.000 millones o más por el mal manejo de una cartera de derivados.
Los comentarios de Dimon a NBC fueron las primeras declaraciones públicas hechas por el presidente ejecutivo del banco desde que habló con analistas en una conferencia telefónica el jueves. Está programado que Dimon hable de nuevo el martes en la reunión anual de la compañía en Tampa, Florida.
Dimon no explicó en la entrevista por qué las operaciones salieron mal. El presidente ejecutivo de JP Morgan también declinó el jueves también describir los detalles de las operaciones.
"La estrategia que tuvimos fue mal examinada", dijo Dimon en la entrevista. "Se controló mal. Nunca debió haber ocurrido", agregó.
Dimon reconoció que la debacle le entrega argumentos a los defensores que piden una regulación más estricta de los bancos.
"Este es un momento muy desafortunado e inoportuno para que haya sucedido este tipo de error", dijo.
"Nos duele a nosotros mismos y a nuestra credibilidad (...) Tenemos que esperar y pagar totalmente el precio por ello", agregó.
Dimon sostuvo también que las pérdidas eran enormes pero no "potencialmente mortales" para JPMorgan.