Muchos siguen siendo escépticos a que una divisa que ha pasado apuros en los últimos años, como la crisis de deuda griega, pueda sumarse al franco suizo como un activo en el que acumular dinero en tiempos de turbulencias en los mercados.
La escalada del euro por encima de los 1,20 dólares esta semana ha generado un debate en torno a que se está convirtiendo en un activo de refugio para los inversores, lo que supone un problema para el Banco Central Europeo mientras planea retirar su enorme plan de estímulo económico en los próximos meses.
Muchos siguen siendo escépticos a que una divisa que ha pasado apuros en los últimos años, como la crisis de deuda griega, pueda sumarse al franco suizo como un activo en el que acumular dinero en tiempos de turbulencias en los mercados.
Sin embargo, el euro ha permanecido fuerte frente al dólar en las dos últimas semanas pese a las preocupaciones sobre un enfrentamiento entre Estados Unidos y Corea del Norte que ha provocado momentos de ventas en las bolsas de todo el mundo.
Si a esto se suma la serie de salidas de altos cargos en el Gobierno estadounidense y el fracaso de su presidente, Donald Trump, de aprobar en el Congreso sus planes sobre impuestos corporativos y gastos en infraestructuras, algunos inversores están reevaluando su actitud hacia la divisa europea.
"La decepción por la reflación en Estados Unidos y el desorden en la Casa Blanca han mejorado el relativo atractivo del euro hasta el punto de que se ha abierto un debate sobre su estatus como refugio", dijo Jane Foley, estratega de divisas de Rabobank en Londres.
En los últimos años el apetito de riesgo de los inversores y el valor del euro se han movido en la misma dirección. Particularmente durante el estallido de la crisis de deuda de la zona euro en 2011 y 2013, las caídas de las bolsas o la deuda de los mercados emergentes lastraron al euro a la baja.
Pero ahora el euro parece recuperarse. Si la divisa pierde su percepción de candidata para el apetito de riesgo, los responsables del BCE que se reúnen la semana que viene tendrán que tener en cuenta su impacto en la economía.
Concretamente estarán preocupados porque la fortaleza del euro dañe a las exportadores y mine sus esfuerzos de que la baja inflación crezca hasta el objetivo del BCE en un momento en el que se preparan para comenzar a retirar un programa de compras de activos de más de 2 billones de euros.
El euro sigue lejos de ser un activo refugio de renombre, con el recuerdo de la crisis de deuda aún presente y los responsables de la política monetaria pasando dificultades para que crezcan los salarios. Pero su subida de casi el 14 por ciento frente al dólar este año ha llevado a que los inversores tomen nota de sus fortalezas estructurales.
Las previsiones de consenso de crecimiento para la zona euro y Estados Unidos en 2017 están en torno al 2 por ciento. Pero mientras las previsiones europeas se han revisado al alza desde el inicio del año, las cifras para Estados Unidos casi se han reducido a la mitad. Además de todo esto, el superávit por cuenta corriente de la zona euro está aumentando.
Los flujos netos hacia fondos de inversión en bolsa europea son de 23.400 millones de euros desde mayo, frente a las salidas netas de fondos de sus homólogos en Estados Unidos de unos 24.000 millones de euros, según datos de Thomson Reuters Lipper.
Las posiciones largas de especuladores en el euro son las mayores en cinco años, mientras algunos de los mayores inversores del mundo en deuda están comprando bonos europeos, apostando a que la fortaleza de la divisa retrase los planes del BCE para retirar los estímulos.
El euro alcanzó un máximo de dos años y medio frente al dólar superando los 1,20 dólares el martes, después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, no hiciera mención sobre la fortaleza de la divisa en una importante reunión de banqueros en Jackson Hole la semana pasada. A la vez, la correlación de 10 días entre el índice que mide el apetito de riesgo y el euro se acercaron a su menor nivel de este año.
"La ruptura de la correlación entre el apetito de riesgo y el euro se debe a que la perspectiva general para la zona euro es menos mala", dijo Rory McPherson, jefe de estrategia de inversión en Psigma Investment Management. La relativa infravaloración del euro estaba impulsando su valor, dijo.
En los modelos internos de muchos bancos, el euro sigue siendo considerado infravalorado entre un 5 y un 10 por ciento frente a una cesta de divisas.
Dólar baja. Los flujos de fondos no han impresionado a los bancos centrales o a los grandes fondos de pensiones, que siguen infraponderando al euro en sus inversiones.
Los datos del primer trimestre del año del Fondo Monetario Internacional muestran que los activos en euros se habían estancado en general en un 16 por ciento de las reservas mundiales en divisas, frente a las de dólares, que superaron el 60 por ciento en los cuatro trimestres anteriores.
La ruptura de la correlación entre el riesgo y el euro es en sí un gran atractivo para los inversores que buscan activos relativamente inmunes a los vaivenes del mercado y que hasta ahora han sido cautelosos ante el euro.