Así lo señaló el abogado y experto en temas laborales, Eleuterio Benítez. A su juicio, esta situación se ha acentuado, a raíz de la llegada de los llamados "presidentes-trabajadores" de las empresas básicas.
El movimiento sindical en las empresas de Guayana no le es útil al oficialismo o a la oposición, debido a que "actúa en las industrias básicas como si estas fueran de ellos, metiendo gente sin tomar en cuenta los verdaderos requerimientos de personal o vendiendo reportes y destruyéndolos".
Así lo señaló el abogado y experto en temas laborales, Eleuterio "Tello" Benítez.
A su juicio, esta situación se ha acentuado, a raíz de la llegada de los llamados "presidentes-trabajadores" de las empresas básicas.
Benítez, ex sidorista y asesor en materia de normas de la Organización Internacional del Trabajo, profundizó en el tema.
La política del Gobierno en relación con las empresas básicas no ha estado clara. La designación de los trabajadores-presidentes fue todo un fracaso y un mal ensayo, que pudiera extenderse con la política que se quiere aprobar, a través de la Reforma de la Ley del Trabajo, que los especialistas laborales del gobierno llaman "proceso social de trabajo".
Considera que esa tesis no tiene ni pies ni cabeza e inclusive asegura que dentro de la comisión asesora presidencial para la reforma laboral, hay integrantes que no están de acuerdo con eso.
Para Benítez, "todo eso forma parte de las elucubraciones socialistas que llevan a la destrucción del aparato productivo".
"Eso se ha adelantado en las empresas del Estado y lo que ha generado es una anarquía gerencial, además de una anarquía sindical, sobre todo en el sector oficialista, porque los dirigentes creen que estas empresas son de ellos, hacen clientelismo, incurren en actos de corrupción y cobran por puestos de trabajo", aseguró.