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El optimismo de los inversores y la realidad económica global podrían chocar en 2017
Viernes, Diciembre 16, 2016 - 14:31

Las economías emergentes seguirán siendo vulnerables. La persistente y profunda recesión de Brasil no coincide con su mercado accionario alcista.

Los inversores suenan optimistas sobre una buena temporada para la economía mundial el próximo año, pero pese a las ideas de enormes recortes de impuestos por parte del entrante presidente estadounidense, Donald Trump, las perspectivas lucen similares a las del 2016: desiguales y nada espectaculares.

Muchos de los cientos de profesionales encuestados por Reuters en todo el mundo dicen que la ralentización del comercio global, durante la tibia recuperación de la economía mundial de la crisis financiera que comenzó casi una década atrás, podría empeorar.

Las economías emergentes seguirán siendo vulnerables. La persistente y profunda recesión de Brasil no coincide con su mercado accionario alcista y gran parte de Asia crecerá por debajo del potencial, con lo que la previsión más reciente de crecimiento global para el próximo año es de un 3,2%, menos optimista que un año atrás.

En tanto, para el mundo desarrollado, siguen ausentes los aumentos de producción y los responsables de políticas continúan sin ideas sobre las razones, además de cómo remediar el problema.

Los estrategas prevén un dólar más fuerte, ya en máximos de 14 años, y rendimientos de bonos estadounidense al alza a medida que la Fed lleve a cabo aumentos de tasas el próximo año. Pero Wall Street no está convencido aún de que serán tres.

Un dólar en alza podría afectar el desempeño futuro de compañías estadounidenses, ya que muchas dependen de negocios internacionales para sus ingresos. Muchos de los precios de sus acciones operan cerca de máximos, pero impulsados por programas de recompra y estímulo, no inversiones.

La fortaleza del dólar, que debilita a otras monedas, también influirá en cómo los mercados emergentes manejen la inflación relativamente más alta, así como la confianza empresarial.

Pero pese a todo lo referente a las barreras comerciales, alza de los precios del crudo por reducciones de producción, y los recortes de impuestos y gastos de infraestructura planeados por Estados Unidos, la perspectiva de inflación global no ha cambiado mucho, incluso si la Fed parece más preocupada sobre el tema.

La segunda economía mundial, China, ha mejorado levemente este año, pero basándose en una ola de deuda gubernamental y una moneda en parte intervenida y debilitada. Se estima que el crecimiento se ralentice y además las tensiones entre Pekín y el próximo gobierno de Trump ya están asomando.

Una buena noticia es la reciente aceleración en el crecimiento de la zona euro ya que el Banco Central Europeo continúa comprando decenas de miles de millones de euros en bonos por mes, manteniendo la presión sobre el euro y convirtiendo las exportaciones relativamente más baratas.

Pero elecciones en Alemania, Francia y Holanda amenazan con representar un mayor desafío al status quo en momentos en que los efectos económicos del esperado proceso de divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea comienzan a aparecer.

Autores

Reuters