Analistas aseguran que la disminución en el costo de los combustibles no se podrá lograr en lo que resta del sexenio de Enrique Peña Nieto; se quedará en promesa.
Ante la caída abrupta en el precio de la mezcla mexicana de exportación, que en los últimos seis meses acumula una baja de 61%, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aseguró que en México sí podría disminuir el precio de la gasolina, siempre y cuando se cumplan los supuestos de la reforma energética de abrir la competencia en el mercado de los combustibles.
Miguel Messmacher, subsecretario de Ingresos en la Secretaría de Hacienda, recordó en entrevista con El Economista que desde el 1 de enero del 2015 en el país se estableció un precio máximo para los combustibles, tras un solo aumento de 1,9% tanto para la gasolina, el diésel y el gas LP.
Este incremento, aseguró, permitirá que los mexicanos puedan adquirir estos combustibles a precios por debajo de ese nivel máximo, y desencadenará la competencia entre estaciones de servicio, lo que llevará, en el 2018, a precios al consumidor final por debajo de ese nivel.
“Conforme se vaya acelerando el contexto de competencia en las estaciones de servicio, y se genere una apertura en el mercado de importaciones, la lógica es que eventualmente el gobierno saque las manos del mercado de combustibles y así el precio final de las gasolinas se determine por las fuerzas del mercado, aunque ello implique ajustes al alza o baja en el precio”, aseveró.
Messmacher declaró que, en la primera semana del año, el modelo de precios máximos ya arrojó resultados favorables, pues en el país hay algunas estaciones de servicio, principalmente las franquicias de Petróleos Mexicanos, que ofrecen el litro de gasolina por debajo de la cuota que aplica desde el 1 de enero; el funcionario no especificó cuáles ni cuántas son.
Los precios de la gasolina que están vigentes desde el jueves 1 de enero en el país son: 13.57 pesos (US$0.91) por litro para la Magna, 14.38 pesos (US$0.96) por litro para la Premium y 14.20 pesos (US$0.95) por litro para el diésel.
Bajo este contexto, el funcionario dijo: “Habrá algunas gasolineras que desde este mes consideren oportuno establecer un precio similar al máximo y otras que atraigan más consumidores a partir de ofrecer el litro de gasolina a un precio más bajo en el mercado”.
El funcionario reconoció que establecer un precio máximo en los combustibles fue un cambio de paradigmas para todos los mexicanos. “México vivirá un proceso de transición de apertura en el mercado de combustibles desde este año y hasta el 2018”, sostuvo.
“El objetivo es que en tres años podamos ir adelante con una liberalización de los precios e incluso eliminando la figura del precio máximo, pero debemos enfatizar que es un proceso de apertura y no se dará por decreto”, puntualizó.
Todo quedará en una promesa: analistas. Ante las buenas intenciones y expectativas por parte de la Secretaría de Hacienda de disminuir el precio de las gasolinas en México en el transcurso del sexenio, analistas privados aseguran que, en el mediano plazo, el país no podrá reducir el precio de los combustibles, y que la liberalización sólo se quedará en una promesa.
Raymundo Tenorio, catedrático del Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe, aseveró que al menos en el corto plazo el precio de las gasolinas en el país no disminuirá pese a la caída en el precio internacional de los combustibles, ya que en México el precio de las gasolinas todavía es un monopolio.
“Es una simulación, por parte de la Secretaría de Hacienda, que se diga que en este mes los gasolineros pueden bajar el precio máximo del combustible; es un juego de engaños. No es fácil que se logre, porque seguimos en una posición monopólica ante Pemex”, aseguró.
Consideró que el proyecto de apertura, competencia y bajos precios en los combustibles tomará por lo menos seis años para que pueda lograrse. Además, alertó que el robo de los combustibles es el principal obstáculo para que se genere interés por parte de gasolineros extranjeros para traer combustible a México.
Por su parte, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, consideró que el precio de las gasolinas no podrá bajar, ya que depende de las necesidades de las finanzas públicas, que hoy viven un momento de incertidumbre.
También consideró que ante un escenario adverso, donde el precio internacional del petróleo va en picada, existe la posibilidad de que el gobierno, en algún momento dado, busque implementar incentivos para no perder más ingresos, con lo que no se descarta un nuevo incremento.
Gasolineros dicen ‘no’ a una baja de los precios. La Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas) se manifestó en contra de la baja en los precios de las gasolinas y diésel, argumentando que no existen condiciones efectivas de competencia en el país y que reducir el precio de los combustibles desataría oligopolios.
En el documento que difunde la asociación en su página de Internet se establece que: “No se debe autorizar la baja de precios porque con ello se destruye la rentabilidad de las estaciones de servicio, propiciando —en corto plazo— la quiebra de las gasolineras”.
También mencionó que autorizar la baja de los precios de gasolinas y diésel propiciará el crecimiento de oligopolios; es decir, de grupos de gasolineras con capacidad de reducir el precio hasta en uno o dos pesos.
Ello con el fin, precisó, de liquidar a los competidores de cada población o región, dañando la economía del país, en una competencia desleal y amañada que eliminaría a los microempresarios propietarios de una o dos gasolineras.