Los trabajadores que marcharon este martes, pedían al Gobierno que declare una "emergencia alimentaria", que implicaría reasignar partidas presupuestarias para alimentos y agilizar el proceso de compra para los comedores comunitarios y colegios.

Buenos Aires. Miles de trabajadores estatales marcharon a la sede del Gobierno en reclamo de ayuda en alimentos para los pobres y de aumentos salariales, en medio de la grave crisis económica que sacude a Argentina.

El alza de la inflación -que llegaría al 55% este año- impulsada por las turbulencias financieras que el país sufre desde agosto, tras una derrota electoral del oficialismo, golpeó los bolsillos de los argentinos y está agravando la pobreza, según los expertos.

Mientras el presidente neoliberal Mauricio Macri intenta lidiar con la crisis para tener alguna chance de ser reelecto en los comicios generales de octubre, las protestas se multiplican en Buenos Aires.

"Soy cocinera de un colegio y hay muchos chicos que lo único que comen en el día es lo que les damos ahí", comentó a Reuters Lilian Nuñez, de 61 años, miembro de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).

"Tratamos de darles lo mejor, pero en estas condiciones no se puede, porque los alimentos no llegan", agregó.

Los manifestantes pedían al Gobierno que declare una "emergencia alimentaria", que implicaría reasignar partidas presupuestarias para alimentos y agilizar el proceso de compra para los comedores comunitarios y colegios.

"Esperamos que se trate con urgencia la Ley de Emergencia Alimentaria, es indispensable para los sectores más vulnerables de nuestra sociedad por el momento tan difícil que está viviendo el pueblo argentino", explicó Oscar Sánchez, miembro del Consejo Directivo Provincial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Distintos expertos consideran que la pobreza ya afecta a más de un tercio de los argentinos.

En medio de serios problemas económicos, las dificultades del país se agravaron en agosto tras la aplastante derrota que sufrió Macri en las elecciones primarias frente a la oposición peronista de centroizquierda, que dejó al candidato preferido por los mercados prácticamente sin chances de ser reelecto.

El temor de los inversores a que el peronista Alberto Fernández reinstale amplias regulaciones sobre la economía -como hizo su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner, durante su gestión- provocó una zozobra en los mercados.