Raúl Castro llegó el viernes a la ciudad de Mérida, en la península de Yucatán, en su primera visita a México como presidente de Cuba, durante la cual se entrevistará con su colega Enrique Peña Nieto.
México espera aprovechar el descongelamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba para convertirse en un actor de negocios líder en la isla, con la que mantuvo vínculos aún en tiempos de la Guerra Fría.
Raúl Castro llegó el viernes a la ciudad de Mérida, en la península de Yucatán, en su primera visita a México como presidente de Cuba, durante la cual se entrevistará con su colega Enrique Peña Nieto.
Las conversaciones entre ambos está previsto que se focalicen en los negocios y la inmigración debido al creciente flujo de cubanos que están utilizando México como puente para llegar a Estados Unidos.
"Cuba necesita mucha infraestructura, infraestructura de vías terrestres, infraestructura de comunicaciones, infraestructura en términos hidráulicos y va a haber muchas oportunidades para empresas", dijo Federico Martínez, presidente de la firma de construcción mexicana Tradeco.
Cadenas hoteleras de España y el conglomerado brasileño Odebrecht están entre las compañías extranjeras que ya operan en Cuba, pero empresarios como Martínez creen que la proximidad y los lazos históricos de México con la isla los colocan en una posición fuerte para capitalizar los nuevos negocios.
Préstamos internacionales para el desarrollo de Cuba se establecerán pronto en esa dirección, agregó.
La embotelladora y minorista Femsa dijo en septiembre que estaba considerando expandir sus negocios a Cuba mientras que la cementera Cemex podría ir en la misma dirección.
"Sí tenemos interés, pero creo que vamos a tener que esperar a ver cuáles son las posibilidades", dijo a periodistas el jueves el director general de la empresa, Fernando González.
El magnate mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, ha hablado poco sobre sus planes respecto a Cuba, donde América Móvil, su principal empresa, tiene un acuerdo de roaming.
México fue el único país latinoamericano que nunca rompió relaciones con Cuba y resistió las presiones de Washington luego del triunfo de la revolución socialista liderada por Fidel Castro en 1959.