De las 111 principales compañías de Japón, 90 esperan una expansión moderada este año mientras siete de ellas creen que el crecimiento será fuerte.
Tokio. La mayoría de las principales empresas niponas confían en una expansión de la economía de Japón en 2015, según una encuesta de la agencia local Kyodo publicada este sábado que muestra un optimismo generalizado a pesar de que el pasado diciembre el país asiático entró en recesión técnica.
De las 111 principales compañías de Japón, 90 esperan una expansión moderada este año mientras siete de ellas creen que el crecimiento será fuerte.
Ninguna de las empresas consultadas creen que se producirá una contracción de la economía como ocurrió en los dos últimos semestres del 2014 debido al parón en el consumo tras una subida del IVA el pasado abril.
Entra las causas para el optimismo, 44 firmas citaron la recuperación de la inversión no residencial, 41 apuntaron a la mejora de la economía de Estados Unidos y 36 al aumento del consumo privado.
En la encuesta realizada en la primera quincena de diciembre, 56 compañías aseguran que el efecto de la subida del IVA fue mayor de lo previsto, mientras que 58 creen que el consumo privado en Japón ya se ha recuperado o lo hará de aquí a marzo.
Un tercio de las empresas prevén que la continuada depreciación del yen tendrá un efecto positivo en sus resultados del año fiscal 2014, que concluye en próximo marzo, y solo nueve de ellas creen que la debilidad de la moneda local afectará negativamente a sus beneficios.
La gran mayoría de las firmas consultadas, un total de 87, valoraron de manera positiva las políticas económicas del gobierno nipón, y nueve de ellas las calificaron de muy positivas.
En cuanto a medidas específicas de las denominadas "Abenomics", la más valora es la flexibilización monetaria seguida de la reforma del impuesto de sociedades.
Tras llegar al poder en diciembre de 2013, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, puso en marcha un ambicioso plan de crecimiento conocido como "Abenomics", que consiste principalmente en fuertes políticas de estímulo y agresivas medidas de flexibilización monetaria.