Este lunes el Eurogrupo exigió a España que apunte a un objetivo de déficit más estricto este año con el fin de cumplir su meta para 2013.
Bruselas/Madrid. El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo este martes que España asume el objetivo de déficit del 5,3% del PIB para 2012 impuesto desde Bruselas, que es más exigente que el propuesto por el nuevo gobierno pero menos estricto que el comprometido inicialmente por España.
"Reiteramos (anoche) el compromiso de España con el objetivo para 2013 del 3% y lo único que se pidió a España es un ajuste del camino hacia la cifra del 3%, un ajuste adicional este año, y España está totalmente comprometida con ese ajuste", dijo Luis de Guindos en Bruselas.
Este lunes el Eurogrupo exigió a España que apunte a un objetivo de déficit más estricto este año con el fin de cumplir su meta para 2013. Los ministros de finanzas de la zona euro dijeron que España debe esforzarse por un objetivo de déficit del 5,3% este año, relajando la meta inicial, pero manteniendo la presión al no permitir que España sitúe el objetivo en el 5,8%.
España ha mantenido un pulso con Bruselas en las últimas semanas para lograr una suavización de los objetivos de déficit ante el negro panorama económico español y la desviación en los objetivos de 2011.
El gobierno del Partido Popular, que asumió el Ejecutivo a finales del año pasado, había propuesto un déficit del 5,8% este año, en lugar del 4,4% que se había fijado en el plan de estabilidad comprometido por el anterior gobierno español, del PSOE, con Bruselas.
A la pregunta de si el objetivo marcado finalmente implicaba que España "había ganado la batalla", el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, dijo en una entrevista en la Cadena Ser: "Absolutamente".
"España ha conseguido el máximo de décimas que se puede conseguir, dijo el ministro.
"El que la UE haya reconocido que la situación española era distinta de la que dijo el gobierno socialista ... que te hayan admitido la renegociación es una prueba de confianza en el Gobierno", señaló.
Margallo indicó que los líderes europeos habían aceptado los argumentos españoles de ofrecer reformas estructurales a cambio de una renegociación de los objetivos.
"Nos lo han comprado, (han pensado:) 'estos son unos señores serios a los que se le puede dar confianza y se les puede renegociar la deuda'", dijo.
"Por eso la renegociación ha ido precedida de unas medidas urgentes que tomó el gobierno", indicó, en referencia a las reformas laboral, financiera y presupuestaria, así como el acuerdo de no disponibilidad con el fin de limitar el gasto público antes de la aprobación de los presupuestos para este año.