El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Oliver, realizó la estimación, explicando que esta crisis se diferencia de las anteriores porque ha ido más allá de la construcción y la industria y se ha extendido al sector de los servicios
España puede tardar hasta 17 años en volver a los niveles de empleo de antes de la crisis, según el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Oliver.
Oliver dio a conocer su pronóstico durante la presentación en Barcelona de su estudio para ManpowerGroup `El mercado de trabajo abril-septiembre 2012 y la vulnerabilidad de los hogares españoles`, en el que señaló que "firmaría" para que la ocupación regresase en 2022 a los niveles de 2007.
En la crisis española de 1974 a 1985 se tardó 11 años en destruir cerca del 15% de la ocupación, frente a los cinco que se ha tardado en la crisis actual, y si entonces la recuperación de los niveles de ocupación se prolongó hasta 1991, Oliver ha estimado que en esta ocasión se necesitarán por lo menos 15 años.
La doble recesión entre julio de 2011 y septiembre de 2012 por la pérdida de confianza en el euro costó cerca de un millón de empleos y cerca del 30% de toda la destrucción de ocupación desde septiembre de 2007, aunque el experto consideró que empieza a quedar atrás y que en los meses centrales de 2013 se pueden crear entre 200.000 y 300.000 empleos, informó Europa Press.
Según explicó, esta crisis se diferencia de las anteriores porque ha ido más allá de la construcción y la industria y se ha extendido al sector de los servicios, con la destrucción de 667.000 puestos entre abril y septiembre de 2012 (-4,9%, frente al -1,2% entre 1991-1994), así como a la pérdida de empleos en sector público, que ha caído un 3,7% con 113.000 puestos menos, frente a los 74.000 (-0,1%) en el sector privado.
Así, la destrucción de empleo, que empezó afectando a perfiles poco cualificados y a inmigrantes se ha vuelto más terciaria, feminizada y nativa, afectando también a personas de mayor edad, con más educación y con más contratos indefinidos, y al sector público, empleados que hasta ahora se habían mostrado más protegidos frente a la crisis.