Así lo manifestó Cándido Méndez, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), quien, asimismo, subrayó que el objetivo es preservar el empleo a toda costa.
Los sindicatos españoles adelantaron este miércoles que estarían dispuestos a apoyar una moderación salarial y contratos parciales de cara a la negociación de la reforma laboral planteada por el gobierno del Partido Popular (PP) para luchar contra la elevada desocupación que afecta a España.
Así lo manifestó Cándido Méndez, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), quien, asimismo, subrayó que el objetivo es preservar el empleo a toda costa, según declaraciones a la emisora Cadena Ser.
Méndez aseguró que los sindicatos plantearon a la patronal -CEOE y CEPYME- que los salarios suban por debajo del IPC (Indice de Precios al Consumo) que recoge la inflación- de manera excepcional durante 2012 y 2013, con cláusula compensatoria en 2014.
Además, el dirigente sindical sostuvo que aceptarían también que las empresas puedan convertir empleo a tiempo completo en empleo a tiempo parcial, pero de manera "reversible".
El nuevo gobierno español, dirigido por el conservador Mariano Rajoy, dio plazo hasta el 7 de enero a los sindicatos y la patronal para pactar una nueva reforma laboral, que considera imprescindible ante el continuo deterioro económico y del mercado laboral.
España cerró el año 2011 con datos alarmantes que revelan la pérdida de unos 900 empleos por día, mientras la Encuesta de Población Activa (EPA) eleva a casi cinco millones el número de desocupados, un 21,5%, la tasa más alta de la Unión Europea (UE).
Las medidas adoptadas en los últimos años de crisis por los socialistas, desplazados del poder el pasado 20 de noviembre, tras implementar a principios de 2010 el mayor ajuste de la democracia, no lograron reactivar la economía y el país se encuentra al borde de la recesión, de acuerdo con las previsiones de 2012.
Tras tomar el mando y ante la presión de la UE y los mercados financieros, el Ejecutivo conservador de Rajoy anunció un drástico recorte del gasto para reducir el déficit público del 8 al 6%, objetivo comprometido con sus socios europeos, a la vez que prometió acometer una reforma laboral y del mercado financiero.
En este contexto, los sindicatos mostraron su disposición a negociar una moderación salarial para que los sueldos crezcan por debajo de la inflación, aunque con límites, puesto que proponen un aumento en torno al 1% frente a la congelación que plantea la patronal.
En cuanto a los contratos, Méndez dijo que están buscando alternativas al despido", pero descartó que vayan a aceptar los mini-empleos de 400 euros, sin aportes y por menos horas, que el Banco Central Europeo (BCE) recomendó a España para la reforma laboral.