La cita del Brics concita gran interés por la creación del Banco de Desarrollo y el Acuerdo de Reservas de Contingencia (fondo de estabilización monetaria) del grupo, que darían mayor peso a las naciones del Sur.
Santiago. La relación entre América del Sur y los países del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tendrá cambios en cantidad y calidad, tras la cumbre conjunta de este grupo y los líderes sudamericanos que se celebrará esta semana en Brasil.
Los gobernantes de Brasil, Dilma Rousseff; Rusia, Vladimir Putin; India, Nerendra Modi; China, Xi Jinping; y Sudáfrica, Jacob Zuma, trazarán la ruta de la cooperación futura entre los países del Brics y la región sudamericana.
El lema del encuentro es "Crecimiento incluyente y soluciones sostenibles".
Tras una primera reunión en la ciudad de Fortaleza, los líderes del BRICS se trasladarán el martes a Brasilia para reunirse con los presidentes de los 12 países de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Juntas, las 17 naciones constituyen mercados emergentes y países en desarrollo con enorme potencialidad, cuyos acuerdos contribuirán a salvaguardar sus intereses comunes, elevar su voz a nivel mundial y trazar una nueva arquitectura financiera internacional.
La cita del Brics concita gran interés por la creación del Banco de Desarrollo y el Acuerdo de Reservas de Contingencia (fondo de estabilización monetaria) del grupo, que darían mayor peso a las naciones del Sur y fomentarían la democratización de las instituciones de gobernanza mundial.
Tanto el Banco, con US$100.000 millones, como el Acuerdo de Reservas, funcionarían como mecanismos multilaterales de apoyo a las balanzas de pagos y fondo de financiamiento a la inversión, dependiendo menos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Además, ante una eventual crisis económica, se convierten en espacios de cooperación financiera frente a la volatilidad del dólar, ayudando a los países a evitar condicionalidades mediante programas de ajuste estructural y reconversión económica.
No se excluye la adhesión en el futuro de otros países y organizaciones al Banco de Desarrollo, cuya sede central podría estar en la ciudad china de Shanghai.
Actualmente, los Brics representan más de la cuarta parte del territorio mundial, cuentan con el 42% de la población mundial y en torno al 45% de la fuerza laboral activa, así como de enormes y muy diversos recursos naturales, y crecientes potencialidades científicas y tecnológicas.
En su conjunto, suman el 21,1% del Producto Interno Bruto (PIB) global, equivalente a unos 15,8 billones de dólares, y el 11% de los capitales acumulados en el mundo. Asimismo, China y Rusia cuentan con grandes reservas internacionales de divisas.
Este año 2014, los Brics tendrán, en su conjunto, un mejor desempeño económico que Estados Unidos y Europa, de acuerdo con las previsiones del propio Fondo Monetario Internacional (FMI).
América del Sur tiene vastos territorios recursos naturales, mientras los Brics cuentan con un enorme potencial de mercado, fondos y tecnología, lo cual favorece el que puedan elevar la cooperación en diversas dimensiones y niveles, basada en el beneficio mutuo.
A las dos agrupaciones de países las une su adhesión al multilateralismo en los asuntos mundiales; el respeto al derecho internacional y la defensa de la paz; el fortalecimiento del papel central de las Naciones Unidas y la cooperación para el desarrollo sostenible.
Los Brics y Sudámerica podrían constituirse en el mecanismo de cooperación estratégico de mayor poder vinculante del mundo, el cual también ayudaría a las naciones emergentes y en desarrollo de otras partes del mundo.
Sin haber establecido una agenda fija, los Brics abordan regularmente temas de actualidad, como la reforma del sistema de las Naciones Unidas, el manejo de la crisis financiera o el diseño de estrategias de cooperación multilateral.
Rusia y China son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y sus voces se alzan sistemáticamente a favor del derecho de los pueblos a su libre autodeterminación, en contra de la intervención extranjera en los asuntos internos de otros países y la militarización de los conflictos.
Esta cumbre en Brasil se realiza cuando la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) ha consolidado su unidad en su última cumbre de enero pasado en La Habana, cuando declaró a la región "Zona de Paz" y se apresta a avanzar en la cooperación multilateral con China y Rusia.
Por otro lado, a instancias de Brasil, los Brics y las naciones sudamericanas han estado valorando la posibilidad de crear un sistema de comunicaciones para reducir el espionaje de Estados Unidos en la región, atendiendo a la amarga experiencia vivida por la propia presidenta de Brasil.
Los acuerdos de la cumbre coadyuvarán a que las relación entre América del Sur y los Brics tengan cambios positivos, tanto cuantitativos como cualitativos, en sus relaciones políticas, comerciales y de cooperación científico-técnica, que contribuirán a largo plazo a su desarrollo sostenible.