Durante este año, los créditos de consumo retomarán su tendencia al alza, pero a ritmos más moderados que a los años previos a la crisis económica, según la Cámara de Comercio de Santiago.
Santiago. Aunque en 2009 la deuda de los hogares creció levemente, mostrando los efectos de la crisis financiera internacional, las proyecciones para 2010 apuntan a una recuperación del orden de 6% a 7% real en las colocaciones, aumento similar al ingreso disponible de las personas, reveló un estudio realizado por la Cámara de Comercio de Santiago (CCS).
De esta forma, las proyecciones para 2010 responden a la recuperación económica que ha tomado fuerza en el país. De hecho, los créditos de consumo de la banca experimentaron un alza de 3,6% real en mayo pasado –medido en 12 meses- mientras que los créditos hipotecarios mostraron un aumento de 8,7%.
Las estimaciones de la CCS apuntan a que los créditos de consumo retomarán su tendencia al alza, pero a ritmos más moderados que en años anteriores.
"La deuda de consumo ajusta sus ciclos de crecimiento al ingreso de los hogares, lo que le otorga un factor de autorregulación que ha operado eficientemente en las últimas crisis económicas. Las diferencias entre carga financiera (la proporción de los ingresos destinados a pagar los créditos) y nivel de deuda sugieren un comportamiento futuro del mercado crediticio menos expansivo que lo que ha sido hasta antes de la crisis global, sobretodo en los segmentos que tienen mayor presión financiera”, sostiene el informe.
La entidad agregó que por la envergadura que ha adquirido este mercado, es cada vez más relevante monitorear su comportamiento, riesgos y potencial de expansión. Además, es importante favorecer condiciones que permitan mejorar la competitividad y la eficiencia de la industria financiera de manera que ello se vea reflejado en los spreads.
Ajuste. El balance de los hogares mostró los efectos de la crisis financiera internacional. En 2009, la deuda de consumo creció en sólo 0,5%, marcando un contraste con la expansión de aproximadamente 20% del quinquenio precedente.
En tanto, la deuda hipotecaria aumentó 7% en 2009, en lugar del 12% del período 2005-2008. La deuda total (consumo más hipotecaria), se redujo de 64,3% a 62,8% del ingreso disponible en 2009, mientras que la razón carga financiera a ingreso promedio también disminuyó, de 21,5% a 19,3%, aliviando el flujo de caja de los hogares.
“La disminución de la relación deuda-ingreso en 2009 representa el ajuste más importante en el balance de los hogares desde 1992, y la mayor corrección de la carga financiera en el mismo lapso. Anteriormente, en la crisis asiática de 1999, la carga financiera presentó un ajuste, pero su intensidad fue la mitad de la observada en esta ocasión”, señala el estudio.
Desde comienzos de esta década, las deudas de consumo e hipotecaria aumentaron en 13% real promedio anual. En este lapso, los hogares elevaron su deuda permitiendo apalancar el dinamismo del consumo privado, que ha podido crecer por encima de la expansión de los ingresos y del PIB.
En efecto, mientras la relación deuda-ingreso en Chile es de alrededor de 60%, en los países considerados sobrendeudados dicha relación alcanza a 120% y hasta 180%, o sea, es el doble y el triple que Chile.
“En Chile, si bien se aprecia un vigoroso aumento del crédito orientado a los hogares, se observa una situación muy distinta a aquellas que han desencadenado crisis de deuda en los países avanzados. En ellos, el balance financiero de los hogares ha sido parte del epicentro de la crisis financiera. Primero lo fue en EEUU en 2008, y actualmente en la Eurozona”, sostiene la CCS.
Deuda por nivel de ingresos. Si bien el endeudamiento promedio de los hogares es del orden de 63%, existen diferencias entre los diferentes segmentos económicos de ingresos.
El quintil IV, el segundo de mayores ingresos, con un promedio de $850 mil mensuales (unos US$1.600), presenta una razón deuda ingreso de 85%, en tanto que en el quintil de mayores ingresos, el V, la razón deuda ingreso es de 46%.
La carga financiera, en tanto, presenta un patrón que exhibe algunas diferencias respecto de la razón deuda-ingreso.
De acuerdo a la información disponible el servicio de la deuda alcanza su mayor valor en el primer quintil de ingresos, el cual desembolsa el equivalente a un 25% de su ingreso disponible a servir su deuda.
En los demás quintiles, el porcentaje se reduce y es similar entre ellos, fluctuando entre 17% y 18%.