En línea con la calificación soberana de México, Fitch modificó de Estable a Negativa la perspectiva de los bancos mexicanos.
La incertidumbre económica, acentuada por el efecto Donald Trump hace creer a Fitch Ratings que en el 2017 el crédito de la banca comercial en México crecerá entre 6 y 8%, cuando en los últimos años ha repuntado a doble dígito.
Con ello, la calificadora considera que el objetivo de inclusión financiera de 40% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) que el gobierno se planteó para el 2018 es retador por la incertidumbre mayor del entorno.
“El nivel de intermediación financiera —todavía bajo— continuará como un factor clave en la expansión crediticia. Sin embargo, el objetivo establecido por el gobierno para incrementar la inclusión financiera, medido como crédito privado a Producto Interno Bruto de 40%, es difícil de visualizar. La agencia espera un crecimiento nominal del crédito entre 6 y 8% en el 2017”, menciona.
En el documento “Perspectiva 2017: bancos comerciales mexicanos”, la calificadora enfatiza que aunque espera que el crecimiento de préstamos continúe expandiéndose durante el 2017, éste se ralentizará y la velocidad será determinada por las condiciones económicas prevalecientes, las cuales, prevé, serán especialmente cuestionadas si los resultados recientes de las elecciones de Estados Unidos perjudican la confianza doméstica y retrasan la inversión.
“Fitch recientemente redujo las expectativas de crecimiento del PIB a 1,7% y 2,5% para el 2017 y el 2018, respectivamente, lo cual refleja el aumento de la incertidumbre tras las elecciones en Estados Unidos”, consigna.
Destaca que aunque no hay un efecto directo inmediato a consecuencia de los resultados de las elecciones en Estados Unidos, los prospectos de crecimiento de los préstamos y la calidad de activos en el 2017 se perciben inciertos y dependerán de la factibilidad con que el vecino país implemente medidas proteccionistas y de cómo la confianza de los inversionistas y del consumidor evolucionen en el futuro próximo.
Fitch destaca, empero, que el perfil de fondeo y liquidez de la banca mexicana es adecuado y cuenta con una capacidad de absorción de pérdidas fuerte y resistente; asimismo, hay una tendencia positiva en la calidad de activos bajo presión. Aunado a ello, indica que el entorno de tasas de interés crecientes soportará su rentabilidad.
Pese a ello, y aunque hay una mejora continua en la morosidad, refiere que la calidad de los activos podría ser desafiada por la ralentización de la economía local, junto con el entorno operativo internacional más difícil y volátil, además de que un crecimiento más lento de los préstamos también podría presionar.
Poco probable, regresar a perspectiva a estable. En línea con la calificación soberana de México, Fitch modificó de Estable a Negativa la perspectiva de los bancos mexicanos, debido, en parte, a que existe el riesgo de que su desempeño financiero se deteriore en los próximos dos años.
“Fitch considera poco probable revisar la perspectiva del sector de la banca mexicana a Estable en el futuro cercano debido a que los factores subyacentes que originan la incertidumbre de mercado actual no se esclarecerán pronto. Las calificaciones de los bancos son sensibles a los cambios en la calificaciones soberanas de México o al deterioro del material en el entorno operativo local”, puntualiza.