Fitch y Oxford Economics dijeron que la respuesta política a la crisis financiera en el 2008 ayudó a prevenir una recesión más larga y profunda en Estados Unidos, pero que no sirve como un motor viable de largo plazo para el crecimiento económico.
Nueva York. Tras la crisis financiera, las políticas de estímulo fiscal y monetario sumaron más del 4% al Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos en los dos a tres años posteriores al final de la última recesión, dijo un nuevo estudio publicado este miércoles.
"Estas políticas ayudaron a respaldar el crecimiento del PIB del 3% en el 2010 y del 1,7% en el 2011, lo que implica que Estados Unidos podría estar todavía en recesión sin este estímulo", dijeron Fitch Ratings y Oxford Economics en un reporte de investigación.
En septiembre del 2010, la Oficina Nacional de Estudios Económicos, el árbitro de los ciclos económicos, dijo que la última recesión estadounidense fue declarada concluida después de 18 meses en junio del 2009.
Fitch y Oxford Economics dijeron que la respuesta política a la crisis financiera en el 2008 ayudó a prevenir una recesión más larga y profunda en Estados Unidos, pero que no sirve como un motor viable de largo plazo para el crecimiento económico.
El estímulo fiscal ha incrementado la carga de deuda del país, pero la confianza en la economía y otras medidas económicas han mostrado algo de mejora, dijo el estudio.
Sin embargo, los cuestionamientos sobre el crecimiento orgánico se "mantienen como una pregunta abierta" y, si la trayectoria de la economía permanece incierta, podría haber un impacto sobre la "solvencia y las calificaciones de todos los sectores de Estados Unidos, incluidas corporaciones, finanzas municipales y finanzas estructuradas", advirtió el informe.
"Hasta que se haga más claro que la economía pueda seguir creciendo con sostenibilidad sin el apoyo de las políticas de estímulo, Fitch anticipa limitadas mejoras en las calificaciones futuras dentro de los sectores relacionados más cercanamente con la economía estadounidense", dijo el estudio.
Los programas de estímulo fiscal considerados en este estudio fueron el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP) de US$700.000 millones, la Ley Estadounidense de Recuperación y Reinversión de US$840.000 millones, y la política de devolución fiscal por compra de autos "dinero por chatarra" de US$3.000 millones.
La respuesta de política monetaria de la Reserva Federal estadounidense incluye tasas de interés cercanas a cero por ciento, que ahora se espera que permanezcan hasta el 2014; y US$2,3 billones de compras de activos, también conocidas como planes de alivio cuantitativo, para mantener las tasas de interés bajas.
El programa de compra de bonos de la Fed de 400.000 millones de dólares, la denominada "Operación Twist", apunta a mantener las tasas hipotecarias bajas, mediante la adquisición de deuda de largo plazo y venta de papeles de corto plazo. Se prevé que este programa concluya en junio.
Las estimaciones de Oxford Economics apuntan a que la política monetaria expansiva sumó cerca del 1% al PIB en los últimos dos años de recuperación económica. Pero sin añadir las compras de activos, "la economía estadounidense podría haber experimentado poco o ningún crecimiento en el reciente periodo".
Se espera que la deuda pública bruta de Estados Unidos, que incluye la federal, estatal y local, se aproxime al 100 por ciento del PIB, lo que le impondría más presión al gobierno para que recorte el gasto en estímulo, pero también podría socavar el crecimiento futuro.
Aunque las perspectivas del sector corporativo permanecen saludables, el panorama económico incierto implica que el alza del empleo, un elemento clave para la recuperación, sigue siendo difícil.