Mientras que en 2012 la población blanca recibía 726,93 reales (US$186) en promedio más que los negros, en 2017 la diferencia media subió a 767,84 reales (US$196).
Río de Janeiro.- La desigualdad de renta entre la población blanca y la negra en Brasil creció en los últimos seis años, según un estudio divulgado por el estatal Instituto Brasileño de Pesquisa Económica Aplicada (Ipea) según el cual hubo un descenso de los salarios en el país entre 2016 y 2017.
Mientras que en 2012 la población blanca recibía 726,93 reales (US$186) en promedio más que los negros, en 2017 la diferencia media subió a 767,84 reales (US$196), según el Índice de Desarrollo Humano Municipal, que detalla los indicadores de desarrollo humano en Brasil, teniendo en cuenta tres pilares: la renta, la educación y la esperanza de vida.
A pesar del aumento en estos cinco años, la desigualdad entre los dos grupos cayó ligeramente entre 2016 y 2017, debido a una reducción de renta de la población blanca (de 1.837 a 1.780 reales -de 471 a US$456-) y por el aumento de los salarios de la población negra en el mismo período (de 996 a 1.012 reales -de US$255 a 259).
El Ipea informó que la renta de trabajo para el agregado de todos los grupos (sexo y color) disminuyó en 2017, debido a una reducción del 0,9% en la renta per cápita (de 842 a 834 reales, o de US$215 a 213).
Esta caída estuvo acompañada del mantenimiento de la desigualdad de renta por el índice Gini, implicando el aumento de la pobreza. "La proporción de personas vulnerables a la pobreza creció 0,5 puntos en 2017, alcanzando el 25% de la población brasileña", agrega el texto.
Entre hombres y mujeres, la diferencia de renta disminuyó en cinco años. Mientras que los varones tenían en 2012 una renta superior en 423,8 reales (US$108) a la de las mujeres, en 2017 la diferencia cayó a 377,6 reales (US$96,6).
Esta reducción en la diferencia entre sexos ayudó a igualar la condición de hombres y mujeres en la medición general del Índice de Desarrollo Humano, que además de la renta de trabajo, también incluye la longevidad y educación. En estas dos cuestiones, las mujeres están por delante de los hombres.
Mientras que el IDHM ajustado de los hombres subió ligeramente de 0,772 a 0,773, el de las mujeres pasó de 0,769 a 0,772, prácticamente alcanzando el de los hombres.
Entre 2016 y 2017, el Índice de Desarrollo Humano Municipal brasileño quedó prácticamente estable, pasando de 0,776 a 0,778, nivel considerado de alto desarrollo humano para los padrones internacionales.
Durante el período, la esperanza de vida subió de 75,72 a 75,99 años, elevando el nivel de longevidad de 0,845 a 0,850, mientras que la dimensión de Educación avanzó de 0,739 a 0,742, contribuyendo para que el subíndice de frecuencia escolar pasara de 0,792 a 0,797.