El euro se desplomó hasta los 98,71 yenes en la plataforma de operaciones EBS en las primeras operaciones asiáticas, su nivel más bajo desde fines del 2000.
Londres. El euro cayó este lunes a un mínimo de una década frente al yen japonés, debido a las preocupaciones sobre las necesidades financieras de países altamente endeudados de la zona, en medio de volúmenes bajos que exacerbaban los movimientos.
El euro se desplomó hasta los 98,71 yenes en la plataforma de operaciones EBS en las primeras operaciones asiáticas, su nivel más bajo desde fines del 2000, extendiendo el descenso del viernes, cuando cayó por debajo de los 100 yenes para terminar el año con una pérdida del 8 por ciento.
Luego se recuperaba para operar sin cambios en el día en 99,60 yenes en Europa, con una baja liquidez debido al cierre por festividades en la mayoría de los mercados asiáticos, además de Estados Unidos y el Reino Unido. Frente al dólar, el euro se mantenía en 1,2947 dólares, menos de un centavo por sobre el mínimo de 1,2858 dólares que tocó la semana pasada.
Se anticipa que los temores sobre los altos niveles de deuda y una falta de soluciones a la crisis de deuda que ya lleva dos años presionarían a la baja al euro en las próximas semanas y meses.
Sin embargo, la caída podría verse limitada por la reducción de las posiciones cortas contra la moneda. Los datos de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas mostraron el viernes que las posiciones en corto de euro crecieron a un máximo histórico la última semana.
"Aún hay mucha presión sobre el euro debido a los temores sobre las necesidades de refinanciamiento de algunos países de la zona euro en el primer trimestre", dijo Arne Lohmann Rasmussen, a cargo de investigación cambiaria del Danske Bank en Copenhague.
"Esto está llevando a muchos hacia activos y divisas más seguros, como el yen japonés", agregó.
Sin embargo, sostuvo que el sustancial número de posiciones cortas en euros podría limitar las caídas de la moneda, posiblemente permitiéndole repuntar cerca de los 1,30 dólares, especialmente si los datos de empleo y un índice sobre la actividad manufactura en Estados Unidos apuntan a una mejoría de esa economía.