Un total de 23 de los 27 jefes de Estado y de gobierno de la UE acordaron tratar de conseguir una integración reforzada, con normas presupuestarias más estrictas para la zona de la moneda única, pero el Reino Unido dijo que no podía aceptar las enmiendas propuestas al Tratado de la UE tras no conseguir concesiones.
La Unión Europea se dividió este viernes en una fisura histórica sobre edificar una mayor unión fiscal para preservar el euro, y la mayoría de los países, encabezados por Alemania y Francia, acordaron seguir adelante con un tratado aparte, dejando a Reino Unido aislado.
Un total de 23 de los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE acordaron tratar de conseguir una integración reforzada, con normas presupuestarias más estrictas para la zona de la moneda única, pero Reino Unido dijo que no podía aceptar las enmiendas propuestas al Tratado de la UE tras no conseguir concesiones.
Después de 10 horas de negociaciones en el Consejo Europeo reunido en Bruselas, los 17 socios del euro más otros seis países que aspiran a integrarse en la moneda única algún día resolvieron negociar un nuevo tratado intergubernamental anexo al tratado europeo con un régimen de deuda y déficit más severo para aislar la zona euro de la crisis de la deuda.
Suecia, Hungría y República Checa dijeron que tenían que consultar con sus parlamentos.
"No Europa, los británicos dividieron. Y están fuera de la toma de decisiones. Europa está unida", dijo la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, en un inglés brusco al llegar al segundo día de reuniones de la que es la octava cumbre europea sobre la crisis en lo que va del año.
Un alto cargo diplomático de la UE calificó las tácticas negociadoras del primer ministro británico, David Cameron, de "torpes".
Por su parte, el viceprimer ministro británico, el liberal-demócrata Nick Clegg, afirmó que su país hizo unas demandas razonables, y aseguró que su gobierno de coalición con los conservadores de Cameron está unido respecto a este asunto.
"Las demandas de salvaguardias hechas por Reino Unido (...) eran modestas y razonables. Eran salvaguardias para el mercado único, no solo para Reino Unido", dijo en un comunicado.
"No hubo demandas sobre devolución de poderes de la UE a Reino Unido ni demandas para una protección unilateral de los servicios financieros británicos", añadió.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dijo que la decisión es un paso adelante para que hayan normas presupuestarias más estrictas que, según cree, son necesarias si la zona euro quiere salir fortalecida de los dos años de turbulencias en los mercados.
"Esto va a ser la base de un buen pacto fiscal y más disciplina en política económica entre los miembros del área del euro", declaró Draghi. "Llegamos a conclusiones que tendrán que ser concretadas en los próximos días", agregó.
La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró muy satisfecha con el acuerdo. El mundo verá que Europa ha aprendido de sus errores y ha evitado un "compromiso fatal", afirmó.
Merkel, la líder europea más poderosa, dijo no haber perdido la esperanza de que Reino Unido finalmente aceptara cambiar el Tratado de la UE.
El activo apoyo del BCE en los próximos días será decisivo, ya que los mercados pondrán en duda la fuerza de las protecciones financieras de Europa para economías vulnerables como Italia y España, que el año que viene tendrán que buscar refinanciación por cientos de miles de millones de euros.
Según agentes de bolsa, el BCE compró este viernes bonos italianos en unos mercados estables.
"Los mercados necesitan saber a dónde vamos, cómo vamos a llegar y necesitan saber cuánto se va a tardar. Dónde vamos, creo, es hacia una Europa más unida y seria en términos presupuestarios", dijo François Perol, presidente ejecutivo del segundo mayor banco francés, BPCE.
Consultado por si el euro estaba seguro ahora, el primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo: "no estoy seguro".
¿Reino Unido fuera?
Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, querían que toda la UE acordara modificar el Tratado de Lisboa para incluir normas presupuestarias y de deuda más estrictas para los estados de la zona euro.
Pero Reino Unido, que no integra la zona euro, se negó, pidiendo garantías en un protocolo que protegiera su sector de servicios financieros, que supone alrededor de una décima parte de su economía. Sarkozy calificó las demandas de Cameron de inaceptables.
Cameron insinuó que Londres podría intentar impedir a los otros países utilizar la Comisión Europea y el Tribunal Europeo de Justicia: "Las instituciones de la Unión Europea pertenecen a la Unión Europea, pertenecen a los 27".
Lo ocurrido podría aumentar la presión de los euroescépticos del Partido Conservador británico y fuera de él para que se celebre un referéndum sobre su pertenencia a la UE, a la que ingresó en 1973.
El primer ministro se opone a ello con energía, ya que sostiene que sería un desastre para los intereses británicos.
"Esta es una cumbre que pasará a la historia", dijo Sarkozy. "Habríamos preferido una reforma de los tratados entre 27. Eso no ha sido posible dada la posición de nuestros amigos británicos. Así que será mediante un tratado intergubernamental de 17, pero abierto a otros", agregó.
Irlanda, para la que Reino Unido es un socio comercial decisivo, afirmó el viernes que podría someter el acuerdo a un referendo.
Los votantes irlandeses han rechazado tratados europeos en dos ocasiones en la última década en sendos plebiscitos, un resultado que modificaron en posteriores repeticiones bajo una intensa presión europea.
La situación ahora se complicaría porque Irlanda es uno de los tres países rescatados por la UE y el Fondo Monetario Internacional.