Enrique Iglesias Sostuvo que el de hoy frente al de su juventud "es otro país, tanto en las estrategias de desarrollo como en los temas del manejo de la macroeconomía".
Montevideo. Enrique Iglesias asegura que nunca se hubiera imaginado, décadas atrás, que en el futuro Uruguay podría tener tres plantas de celulosa. Para el primer presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), máxima autoridad durante 17 años del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), secretario general Iberoamericano durante una década y actual presidente de la Fundación ASTUR –por nombrar solo tres puntos de su extenso currículum–, las "permanentes" inversiones que recibió Uruguay en los últimos años son una muestra de que "se están administrando las cosas con sensatez".
Otra prueba de esto, agregó ayer durante una reunión con periodistas, es el grado inversor que posee el país, "una especie de reconocimiento muy claro". Según Iglesias, "el problema central (de Uruguay) es mantener una macroeconomía sólida, que sea lo suficientemente sensible socialmente, pero también eficiente en el manejo de la administración del nivel inflacionario" para que el país "no pierda la credibilidad que ha logrado adentro y afuera". En este sentido, señaló que tiene una percepción "en general positiva" acerca de la "estrategia" del gobierno, "incluso de la administración general de la macroeconomía". Iglesias apuntó que viene de "la época de 150% de inflación, de 200%", así que puede "comparar".
Sostuvo que el de hoy frente al de su juventud "es otro país, tanto en las estrategias de desarrollo como en los temas del manejo de la macroeconomía". En relación al ajuste fiscal anunciado por el gobierno en el marco de la Rendición de Cuentas, Iglesias dijo que los ajustes son "difíciles" y que "no existe" una "fórmula común" en este terreno. Como estos ajustes tienen impactos sociales, agregó, hay que tratar que estos "sean distribuidos de la mejor manera posible" para que no se "pare" la economía. "Si usted pone freno, termina en desempleo", alertó.
Por este motivo, "hay que buscar que las conquistas que se han logrado no se pierdan". "De esto todos somos responsables: el Estado, el sector privado, el mundo sindical. Todos tenemos responsabilidades para que esa confianza que el país generó no se nos quiebre", planteó.
Iglesias sostuvo que el país debe "abrir nuevas puertas", tanto al comercio internacional (en todas las direcciones, dijo), como a la mejora de la productividad. La receta ideal incluiría dos ingredientes más: emprendedurismo e innovación.
Sobre la integración internacional de Uruguay, apuntó que si fue "importante hace 60 años, hoy mucho más". El dilatado acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur enfrente un "panorama complicado del otro lado" luego de la salida del Reino Unido del bloque europeo, dijo. "Las condiciones de negociación que en su momento fueron óptimas, hoy son menos óptimas", sostuvo. Asimismo, afirmó que sería "ideal" que el Mercosur lograra un acuerdo con los países del Pacífico latinoamericano y con otras naciones como China y Corea.
Si a eso se le suma la posibilidad de negociaciones unilaterales con otros países, "mucho mejor".
También llamó a empezar a exportar materias primas con mayor valor agregado. Aquí mencionó el ejemplo de la carne uruguaya y de cómo –trazabilidad mediante, entre otros– fue sofisticándose. "La carne que exportamos hoy no es la que yo comía en los años 50", dijo.