En entrevista con Xinhua, el profesor universitario Pablo Salvador, dijo que las conversaciones entre el Gobierno argentino con el FMI, han generado como primer resultado el hecho de declarar que la deuda del país es "insostenible".
Buenos Aires.- Una eventual reestructuración de la deuda aliviaría las tensiones de Argentina, pero si el país quiere recuperar su sendero de crecimiento deberá enfrentarse a varios desafíos en el futuro, entre ellos lograr la estabilidad macroeconómica, opinó el economista Pablo Salvador.
En entrevista con Xinhua, el investigador, articulista y profesor en la Universidad Nacional de Cuyo, se refirió a las actuales conversaciones que sostienen funcionarios del Gobierno argentino con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que ha generado como primer resultado el hecho de declarar que la deuda del país es "insostenible".
En versión de Salvador, la declaratoria del FMI es una especie de "espaldarazo" al Ejecutivo de Argentina, que permitirá al país entenderse mejor con los acreedores privados y negociar la quita de deuda.
Sin embargo, el economista advirtió que independientemente de los resultados, de lograrse o no una reestructuración, persisten elementos a los que hay que prestar atención, como "la necesidad de achicar el déficit fiscal", para que Argentina vuelva a crecer.
"El mejor escenario es que se logre una reestructuración en la que la deuda sea pagable, pero la duda está en que el Gobierno no va a tener equilibrio presupuestario, no tiene pensado achicar el déficit, y esto podría resultar peligroso porque puede deparar en inflación futura, mayor endeudamiento o más subas de impuestos", explicó.
El experto apuntó que el peor panorama que podría presentársele al país es el "default" (cesación de pagos), y rememoró que "cuando en Argentina se ha declarado el impago de la deuda, los índices de pobreza y desempleo subieron estrepitosamente".
Salvador consideró viable que el Gobierno y el FMI "lleguen a un acuerdo para el alargamiento de los plazos del pago de la deuda", la más grande concedida por el organismo en la historia.
No obstante, aclaró que con los bonistas y tenedores de títulos de la deuda en general, los términos de una quita representarán una "lucha cuerpo a cuerpo".
"Habría que esperar cuáles serían las condiciones ofrecidas entre ambas partes en las negociaciones, es un proceso que, efectivamente, se está concretando ahora", dijo. Para el articulista en el diario local 'Cronista', otro buen escenario que se le puede presentar a Argentina es "la eliminación de los controles cambiarios para que Argentina pueda exportar más y con esa entrada de dólares genuinos contribuir en el pago de la deuda", afirmó.
La deuda de Argentina ascendió a fines del año pasado al 88,8% del Producto Interno Bruto (PIB), según cifras del Ministerio de Economía.
Sólo en 2020, el país sudamericano enfrenta vencimientos de capital e intereses superiores a los 60.000 millones de dólares.
Además de los bonistas privados, Argentina dialoga con el FMI en el marco del Acuerdo Stand-by de acceso elevado por 56.700 millones de dólares que ambas partes suscribieron a mediados del 2018, mediante el cual el país tuvo acceso a desembolsos por 44.100 millones de dólares aproximadamente.