“El gobierno recibió un país con profundos desequilibrios políticos y durante diez años que planteó una ruptura estructural con un modelo llamado socialismo del siglo XXI con ejes innegociables que empezaron con una reforma constitucional”, dijo Víctor Hugo Villacrés.
A pocos días de culminar el mandato del presidente Rafael Correa, el experto en economía Víctor Hugo Villacrés, consideró que la política económica aplicada por la Revolución Ciudadana permitió organizar y planificar el gasto público y pagar la deuda histórica que tenía el país andino, principalmente, en salud, educación, derechos laborales e infraestructura productiva.
“El gobierno recibió un país con profundos desequilibrios políticos y durante diez años que planteó una ruptura estructural con un modelo llamado socialismo del siglo XXI con ejes innegociables que empezaron con una reforma constitucional”, sostuvo al destacar la planificación como pieza fundamental en el proceso de transformación y el cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional del Buen Vivir (PNBV).
Consideró que el mayor logro del gobierno de Rafael Correa es haber manejado una política heterodoxa en un contexto de dolarización y demostrar que el país pudo enfrentar coletazos internacionales con relativo éxito. “Tenemos inflación es inferior a dos dígitos, la más baja en Suramérica; el salario se encuentra entre los básicos unificados más altos de la región; hay una reducción de la pobreza, existe una mejora en el coeficiente de GINI (que mide la desigualdad social); hay mayor masificación de servicios públicos, etc.”, anotó en entrevista con el programa Ecuador No Para producido por Andes.
Villacrés subrayó que la economía ecuatoriana se duplicó en diez años al pasar de US$47 mil millones a US$100 mil millones. “En el caso ecuatoriano, debido a las políticas sociales aplicadas, es obvio que el crecimiento ha ido acompañado de un proceso de redistribución”, indicó y refirió un estudio del Foro Económico Mundial que ubica al país andino como un ejemplo en la entrega de recursos a los sectores pobres.
Entre 2009 y 2014, los hogares que recibieron el Bono de Desarrollo Humano, señala el estudio, aumentaron su índice de bienestar entre un 12% y un 13,6%, en comparación con las personas que no recibieron la transferencia de dinero en efectivo. El aumento se reflejó tanto en la riqueza como en la capacidad para mejorar su nivel social.
A la par, dijo, la inversión apuntó a obras de infraestructura orientadas a mejorar la productividad del país como puertos, aeropuertos, carreteras, hidroeléctricas, y conectividad y acceso a internet. “Los ingresos petroleros fueron manejados como ahorro a través de inversión con activos productivos. Esto ha permitido dejar habilitadas las condiciones para que el sector privado, en los próximos cuatro años, pueda invertir más y de manera más acelerada y sea el dinamizador de la economía”, indicó el analista.
“Se ha puesto a trabajar el dinero que es público en inversiones para los mismos ecuatorianos, permitiendo dinamizar la economía y generar los pilares fundamentales para que nueva inversión de carácter privado llegue al país”, añadió.
En torno al cuestionado endeudamiento, principalmente con China, Villacrés explicó que el gobierno tenía dos opciones: recurrir a un paquetazo (incremento de precios de primera necesidad y eliminación de subsidios) o contratar deuda.
“Se evitó que los más pobres terminen pagando un problema internacional que afectó a la economía ecuatoriana”, manifestó en referencia a la difícil situación que soportó Ecuador por la caída del precio del petróleo, la revalorización del dólar, la devaluación monetaria de los países vecinos, el encarecimiento de las exportaciones, además, de tragedias naturales como el terremoto que soportó Ecuador el año pasado.
Luego de la recesión que soportó el país en 2016, para este año se vislumbra un crecimiento, según las estimaciones oficiales. Con una economía recuperada, Villacrés considera que el futuro gobierno debe iniciar un proceso de renegociación de la deuda con organismos multilaterales y bilaterales.
Recordó que todo país, particularmente en Suramérica, está endeudado en mayor o menor medida y todos tiene déficit fiscal, eso quiere decir que están invirtiendo para gozar de mayor cantidad de recursos en el largo plazo.
La renegociación de la deuda externa fue un hito histórico
Uno de los hitos en el manejo económico fue la renegociación de la deuda externa considerada ilegítima que ubicó al país como un referente para América Latina en cuanto a la defensa de su soberanía. “El proceso fue bien llevado y permitió reducir la relación de la deuda frente al Producto Interno Bruto nacional que, en el 2009, llegó a ser la más baja de la historia del país y más baja en dolarización”, dijo el analista.
El 9 de julio de 2007, Ecuador inició una fiscalización de la deuda externa para “determinar su legitimidad, legalidad, transparencia, calidad, eficacia y eficiencia”. En el 2008, tras la auditoría de la deuda, el presidente Correa declaró ilegítima, odiosa e inconstitucional a un tramo de la deuda externa ecuatoriana y anunció la moratoria de US$3.200 millones en bonos Global 2012 y 2030, que fueron renegociados durante el gobierno de Mahuad con una tasas altas de hasta el 12%.
Un año más tarde, pese al default, el gobierno logró negociar y recomprar el 91% de esos bonos a un 35% de su valor nominal, es decir que logró un descuento del 70%, con una inversión de US$900 millones. Sin esta operación, el país habría tenido que desembolsar, hasta el vencimiento de los papeles, en 2030, más de US$8.000 millones.
“El proceso fue bien llevado”, dijo el experto al recordar que buena parte de esa deuda provino de la sucretización de 1981 cuando las empresas privadas no pudieron pagar sus deudas contraídas con el extranjero y el estado lo que hizo fue asumir la deuda en dólares y pagar en sucres; y del congelamiento bancario de 1999 cuando a través de los salvatajes el Banco Central entregó ingentes cantidades de dinero a los bancos.