"La moneda no es viable en el corto plazo, primero porque existen asimetrías muy fuertes en las condiciones económicas de ambos países, y para la inversión y el desarrollo del comercio (...)", sostuvo el vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA), Jorge Marchini.
Buenos Aires.- La eventual creación de una moneda común entre Argentina y Brasil "no es viable en el corto plazo" pues implicaría un tratamiento en las "asimetrías económicas" de ambos países además de acciones para corregir los desequilibrios macroeconómicos en el caso argentino, explicó el economista Jorge Marchini.
"La moneda no es viable en el corto plazo, primero porque existen asimetrías muy fuertes en las condiciones económicas de ambos países, y para la inversión y el desarrollo del comercio, además el tamaño del mercado entre Argentina y Brasil es diferente", sostuvo el vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) en entrevista con Xinhua.
El anuncio de la creación de un "peso real" hecho la víspera por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante un encuentro con empresarios de ambos países en el marco de su visita de Estado a Argentina, generó reacciones por parte de economistas, analistas locales y medios de comunicación, quienes deliberaron sobre la viabilidad del proyecto.
El ministro argentino de Hacienda, Nicolás Dujovne, ratificó el anuncio hecho la víspera por el presidente brasileño aunque aseveró que "llevará mucho tiempo", al mencionar que se requiere convergencia en aspectos fiscales, tributarios y laborales.
En versión de Marchini, quien también se desempeñó como director de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política (SEPLA), "es complejo" el acomodamiento de ambas economías en virtud de lograr ese propósito pues "coincide con un mal momento en las condiciones financieras y de balanza de pagos en América Latina".
"Esos desequilibrios generan una situación, un escenario que no es el más idóneo para avanzar", continuó el también profesor titular de Economía de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Para el experto, el anuncio bilateral es más de corte "llamativo" y "político", que persigue dirigir un mensaje a lo interno de cada país así como al mundo.
En ese sentido, añadió que en el caso de Argentina está presente la incertidumbre monetaria, y que "la estabilidad monetaria del país no está alcanzada, y la economía aún está en dificultad".
"El gobierno argentino quiere dar un anuncio de mayor acercamiento al mundo, y en el caso de Bolsonaro tiene dificultades políticas, por lo que creo que esto es patear hacia adelante la toma de iniciativas", comentó.
Marchini destacó la necesidad de plantear una perspectiva de integración latinoamericana que logre definitivamente una armonía entre economías distintas, y aseveró que es una tarea que requiere "pensar mucho", y en esa línea, mencionó organizaciones ya existentes como la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) o el propio Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Para el economista, primero deben resolverse cuestiones macroeconómicas alusivas, en el caso de Argentina, a la inestabilidad de la moneda (volatilidad), endeudamiento e ingreso de divisas, al igual que sus desequilibrios en las balanzas comerciales y de pagos.
Dentro de otras reacciones locales citadas por la prensa local, estuvo la del economista Gabriel Rubinstein, quien aseveró que por el momento es inviable el proyecto aludiendo a la inflación y el riesgo país altos de Argentina.
"Para avanzar en otras cosas, cada país tiene sus problemas importantes. Hasta que cada uno no tenga estable su macroeconomía, no tiene sentido pensar en una moneda en común que tenga alguna viabilidad", sostuvo Rubinstein citado por el diario local "El Cronista".
El gobierno de Argentina ve en la puesta en marcha futura del "Peso real" un proceso de mayor integración política y económica con Brasil, en el que "converger una moneda común sería una manera de promover una mayor estabilidad y un mayor comercio entre ambos países", según declaraciones del ministro Dujovne.
Desde el Ejecutivo insisten en que la puesta en vigencia de ese proyecto "llevará mucho tiempo" porque requeriría "dar muchísimos pasos".