El fundador de Litwak & Partners, Martín Litwak, habló del futuro de la inversión extranjera en el país, del calificativo de “paraíso fiscal” que recibió, y de cómo el fenómeno Maradona puede aplicarse a los negocios
Ocho años atrás, Martín Litwak decidió radicarse en Uruguay. El abogado argentino vivía en las Islas Vírgenes Británicas y estaba a cargo del área Latinoamericana de Ogier, en “el estudio offshore más grande del mundo”.
Ante el aumento en el volumen de negocios en la región, Ogier quiso abrir una oficina en este lado del mundo. Litwak se puso al frente del proyecto y Uruguay fue el destino elegido. Dos años después, decidió irse de Ogier, y con su partida esa firma dejó el país. Litwak pasó a desempeñarse en Ferrere, dado que consideró necesario un “paso intermedio” antes de empezar su propio estudio.
Luego de la muerte del principal del estudio, Daniel Ferrere, sintió que debía marcharse. Así nació Litwak & Partners, una firma de abogados boutique especializada en negocios internacionales con sede en la WTC FreeZone, que ahora evalúa abrir oficinas en Perú y Brasil. Esta semana, su estudio organizó una serie de charlas para informar acerca del impacto en la región de la Foreign Account Tax Compliance Act (Fatca), ley puesta en práctica recientemente por EEUU.
-En los últimos años hubo un aluvión de inversión extranjera. ¿Cómo puede pegar la reactivación de EE.UU. y Europa?
-Mal, pésimo. Siempre he sido muy crítico con ciertas políticas de los últimos años que ha habido en Uruguay. No se aprovechó todo lo que se tendría que haber aprovechado. Vino mucha plata, pero no se crearon, a nivel legal, normas que fomentaran eso. Desgraciadamente, al mismo tiempo, se aumentaron mucho los impuestos. Ahora está en discusión en el Parlamento la ley de responsabilidad penal empresarial, que es única en su género. La legislación penal uruguaya es mala. Es muy viejo el proceso. Lo que pasó con (el exgerente general de Pluna, Matías) Campiani, por ejemplo, es algo que no pasa en ningún lugar del mundo. Sea culpable o no sea culpable. No se puede tener a una persona presa cuando demostró 700 veces que viene a declarar cuando se lo pidas.
Ese tipo de gestos no son bien vistos porque cuando viene un fondo a invertir dice “voy a mandar a un ejecutivo a vivir acá y si hay un problema, ¿va a terminar preso hasta que se dilucide el caso?”.
Por otro lado, Uruguay no apoya al sector financiero, al contrario, lo tranca. El crecimiento no va a estar por el lado de Uruguay Natural y el Uruguay turístico, porque esas inversiones van a ir menguando. Cada lugar del mundo tiene un centro financiero internacional, menos Latinoamérica.Creo que la inversión va a caer. Se deberían haber tomado decisiones que no se tomaron cuando era la época de vacas gordas.
-¿Cómo cuáles?
-Se hablaba mucho de los dos equipos económicos que existían. Con ciertos sectores del gobierno tengo buen diálogo y sé que hay acciones muy contrapuestas. El tema quedó en negociaciones entre sectores internos. Soy independiente políticamente. Hay mucha gente en el Frente que me parece muy inteligente, y mucha gente que no. Lo mismo con los otros partidos. (El gobierno) no tiene idea de cómo funcionan los mercados internacionales. Reacciona a presiones. Y hay países que se ponen mucho más fuertes, por ejemplo, Panamá. Tiene claro cuál es su negocio y dice “no voy a cambiar esto”.
Panamá también carga con la cruz de ser considerado un paraíso fiscal.De acuerdo, pero, primero: el concepto de paraíso fiscal, para mí, no tiene carga negativa. Cada país es soberano y tiene el derecho a establecer un sistema financiero e impositivo como quiere. Si hay países que no tuvieron la suerte de tener muchas vacas y mucha soja para exportar, y en vez de eso atraen capitales extranjeros y no cobran impuestos –en tanto y en cuanto cumplan con los tratados internacionales sobre lavado de dinero, por ejemplo–, no hay nada censurable en eso. Uruguay lo tuvo muchos años, no es que era un país horrible hace 10 años y hoy está perfecto.Mi crítica fue que aquí no se discutió. Es una obligación discutir seriamente si incentivar o no una industria que genera millones de dólares en ganancias y muchísimos puestos de trabajo.
-¿Se refiere específicamente a cuando el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, salió a hablar del tema?
-Sí, y antes. En ese momento tomó más repercusión porque no les gustó que los mencionaran. El gobierno reaccionó tardíamente a algo que tendría que haber reaccionado cuatro años antes. La primera lista negra complicada donde Uruguay estuvo fue en el año 2007 o 2008. Mucho antes que Sarkozy hablara (en 2011). Estuvo poco tiempo, y salió. Esto ocurrió por no tener una persona encargada de esto que vaya a la OCDE, al G20, que explique qué hace Uruguay desde el punto de vista del lavado de dinero, de los impuestos locales, cuál es el negocio de Uruguay, la visión sobre el tema. ¿Por qué no hay nadie que la explique? Porque no hay visión.Lo de Sarkozy fue un tema coyuntural.
Mencionó a Uruguay como podría haber mencionado a otro país. Acá salieron todos con los tapones de punta. En su momento dije que Sarkozy tenía razón: Uruguay es un paraíso fiscal; es cierto, pero no está mal. El problema no es si es un paraíso fiscal o no. Uruguay lo era, y para mí estaba perfecto. En ese momento, las reformas que fueron para un lado, tendrían que haber ido para el otro. Casi todo lo que hizo el Estado desde eso, fue erróneo.
-En relación a Fatca, ¿por qué tendría que importar en Uruguay una ley aprobada en EE.UU.?
-A una persona que tiene una empresa acá, en nada. Ahora, si ese empresario pertenece al sector financiero, muchísimo.EEUU se dio cuenta que puede imponer cosas a través de organismos como OCDE, G20, G8. Ahora fue más allá, porque fue solo. EEUU se dio cuenta que puede imponer cosas porque el mercado de capitales se maneja allí. En casi cualquier transacción financiera hay un banco americano involucrado. El objetivo que tiene la ley es encontrar cuentas de ciudadanos americanos afuera de EEUU que no estén declaradas.Lo que Fatca requiere es que si sos una entidad financiera que maneja activos, sin importar el tamaño o la localización, te registres ante el Internal Revenue Service (IRS) de EEUU y digas, en primera instancia, si tenés o no cuentas de ciudadanos americanos, que se definen como aquellas donde el 10% del activo sea de un ciudadano americano. Si la entidad financiera no se registra y le llega un giro financiero de origen americano, van a retener el 30% como sanción por no cooperar.
-Se declara fanático de Diego Maradona. ¿Hay algo de su estilo que se pueda aplicar a los negocios?
-Es una persona que salió de muy abajo, que tenía sueños determinados y que hizo todo para cumplirlos. Se cayó una y mil veces y se levantó una y mil veces, tuvo un montón de errores y se intentó recuperar como pudo. Es un exponente de que se puede y debe creer que no hay imposibles. Si él no hubiera estado seguro de que podía sacar a Argentina campeón del mundo, no lo hubiera conseguido. Todo lo que hizo lo forjó él. Nunca tuvo problemas en reconocer sus errores, que los sigue cometiendo. A diferencia de otros grandes (como Messi o Pelé) siempre ha sacado lo mejor de sus compañeros de equipo. Y también, a diferencia de otros, Diego siempre aceptó su rol de líder y se puso sus equipos al hombro.