Según el primer informe presentado por la Comisión Tributaria convocada por el Gobierno, la reforma fiscal es necesaria dada la fuerte caída de la renta petrolera.
Colombia requiere de una urgente reforma tributaria estructural para afrontar una caída de casi US$9.000 millones anuales en los ingresos del Gobierno al 2020 que obligaría al país a hacer un fuerte recorte de gastos que golpearía su economía, reveló un documento de una comisión de expertos.
Según el primer informe presentado por la Comisión Tributaria convocada por el Gobierno, la reforma fiscal es necesaria dada la fuerte caída de la renta petrolera por el descenso de los precios y por la prevista desaceleración de la producción de crudo para los próximos años, así como por la expiración de unos tributos en el mediano plazo.
A ello se suma la necesidad de recursos para la fase de post conflicto en el caso de que salga adelante un proceso de paz que negocia el Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y la intención de equilibrar la carga tributaria entre los diferentes sectores de la sociedad.
"De no tomar medidas tendientes a compensar esta caída en los ingresos, el Gobierno se vería abocado a producir un ajuste excesivo en el nivel actual de gastos, con el fin de dar cumplimiento a la regla fiscal, elemento fundamental de la sostenibilidad de las finanzas públicas", indicó el informe.
"Ello tendría efectos indeseables sobre la provisión de bienes públicos y los diferentes programas sociales, en particular los relacionados con las necesidades adicionales en materia de salud, educación, infraestructura e inversión rural para el post conflicto", agregó.
Cálculos del Congreso muestran que tras la firma de la paz, el país tendría que invertir alrededor de 3.500 millones de dólares anuales durante la próxima década en programas de reinserción, retorno de los campesinos a zonas rurales, educación y salud.
Según el documento de la comisión tributaria, de no hacerse la reforma fiscal los ingresos del Gobierno caerían en más de 3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) hasta el 2020, equivalente a unos 22,7 billones de pesos anuales.
Pocas alternativas. A mediados de mayo, el presidente Juan Manuel Santos dijo que no consideraba promover "en un futuro cercano" una reforma tributaria ante el legislativo.
Pero el análisis de los expertos estableció que el Gobierno requiere recursos adicionales cercanos a un 1,5% del PIB en el 2018, equivalente a unos 11,3 billones de pesos para cumplir con la regla fiscal que aprobó el Congreso en el 2011, que impone un tope al déficit fiscal.
Para el 2020 la necesidad de recursos aumentaría a un 3,3 por ciento del PIB en el 2020, lo que representa unos 25 billones de pesos.
"El esquema tributario colombiano actual es insuficiente en materia de recaudo, además de que no cumple con los principios de eficiencia y equidad característicos de un sistema fiscal exitoso", resaltó el informe.
Para los analistas, la premura de recursos de la cuarta economía de América Latina hace inminente la reforma tributaria.
"Al ritmo de gasto actual y sin mayores ingresos de petróleo, no creo que haya mucha alternativa", dijo Camilo Pérez, gerente de estudios económicos del Banco de Bogotá.
"Políticamente es más fácil de vender la idea de poner impuestos que la de recortar gastos", agregó.
No obstante, el tema se presenta cuando faltan cuatro meses para que se celebren elecciones regionales en el país, lo que dificultaría el trámite de una propuesta fiscal.