"La construcción de la troika necesita una reforma", afirman los expertos en un documento que analiza los resultados de la intervención de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo en Portugal, Grecia e Irlanda.
Bruselas, EFE. Expertos del centro de estudios Bruegel señalaron la necesidad de reformar la troika -la tríada de acreedores internacionales que controla los rescates europeos- con medidas como la creación de un Fondo Monetario europeo al estilo del FMI que tome el timón de los programas de asistencia.
"La construcción de la troika necesita una reforma", afirman los expertos en un documento que analiza los resultados de la intervención de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo en Portugal, Grecia e Irlanda.
Los autores del informe, firmado por Jean Pisani-Ferry, André Sapir y Guntram Wolffindican, señalan que la cooperación entre la eurozona y el FMI para asistir a los tres países en dificultades en un primer momento era "inevitable y necesaria" debido a la falta de experiencia y de confianza en las propias instituciones europeas para actuar por su cuenta.
Sin embargo, indican que ahora la troika debería evolucionar en una serie de aspectos claves.
Los expertos recomiendan que se cree un "Fondo Monetario europeo", una institución similar al FMI pero a nivel comunitario, que tome el relevo de la Comisión Europea en la troika, para evitar un potencial "conflicto de intereses".
Éste podría surgir debido al doble rol que desempeña esta institución al participar en los procesos decisorios de la eurozona en torno a los rescates y mantener al mismo tiempo su rol de institución comunitaria, por otro.
Por su parte, el FMI "debería estar solo involucrado en los programas de la zona del euro hasta que se creara el Fondo Monetario Europeo y ésta entrara a formar parte del FMI", según Pisani-Ferry, Sapir y Wolff.
"Hasta entonces debe convertirse en un 'prestamista catalizador' que podría proporcionar la financiación y la experiencia, manteniendo la posibilidad de abstenerse de participar sin poner todo el paquete en riesgo", añaden.
Los autores afirman también que el BCE debe permanecer como un participante "mayormente en silencio", de manera que tenga acceso a la información y la posibilidad de expresar sus reparos, "pero no poderes de negociación completos"
El documento, que no analiza el rescate a Chipre, ni el programa de asistencia financiera concedido por los socios europeos a España (en el que el FMI no aporta capital) por ser decisiones más recientes, recalca algunos de las sombras de la intervención de la troika.
"En comparación con programas anteriores del FMI, la caída del PIB y el lento ajuste de la tasa de cambio real de los tres países de la zona del euro fue excepcional. El desempleo también se incrementó mucho más de manera dramática", señala el informe.
El análisis indica que la ayuda financiera de la UE y el FMI ha demostrado ser beneficiosa para Irlanda -que obtuvo 85.000 millones-, mientras que considera que el "éxito no está asegurado" en Portugal -78.000 millones- y que los rescates a Grecia han sido "fallidos".
Grecia se ha visto perjudicada por ser el primer país en recurrir a un rescate "en una unión monetaria que no estaba totalmente preparada para una crisis".
Los expertos consideran que las primeras asunciones que realizó la troika sobre la capacidad de la economía griega -país que ha tenido que recurrir a dos rescates de 110.000 y 130.000 millones de euros- de adaptarse a los ajustes y reformas han demostrado ser "optimistas".
El país heleno ha sufrido la mayor reestructuración de la deuda pública -con una quita del 50 % de su deuda con la banca privada- de la historia, señalan Pisani-Ferry, Sapir y Wolff, que consideran que hubiera sido preferible que una operación de este tipo se hubiera llevado a cabo antes.
El informe reconoce los éxitos de la asistencia de la troika en Irlanda, país en el que se mantienen los riegos pero que ha sido capaz de volver a acceder a la financiación en los mercados.
El éxito es "potencialmente" posible en Portugal, donde sin embargo la economía "sigue siendo estructuralmente débil y la situación sigue estando expuesta a un shock".
El mayor éxito de los programas de ayuda habría sido equilibrar la balanza de pagos, con una reducción del déficit comercial "mucho mayor de lo esperado", aunque las razones de ésta disminución "son tanto esperanzadoras (un aumento de las exportaciones) o desalentadoras (con un colapso de las importaciones por la recesión)".