Pese a que los funcionarios de la FED difieren sobre cómo abordar mejor los problemas de la economía, los analistas esperan que el presidente del banco central estadounidense, Ben Bernanke, genere el consenso necesario para un plan que reequilibre el portafolio de la Fed, en un intento por presionar a la baja las tasas de interés de largo plazo.
Washington. La Reserva Federal estadounidense inició este martes un encuentro de dos días donde se espera que concluya con la decisión de surtirse de bonos del Tesoro de largo plazo, en un intento por impulsar una floja recuperación económica.
Con perspectivas económicas que decayeron drásticamente por una dañina rebaja de calificación crediticia al Estados Unidos en agosto y una escalada de los problemas financieros en Europa, la Fed ha dejado en claro su intención de tomar más medidas para impulsar el crecimiento.
Pese a que los funcionarios de la Fed difieren sobre cómo abordar mejor los problemas de la economía, los analistas esperan que el presidente del banco central estadounidense, Ben Bernanke, genere el consenso necesario para un plan que reequilibre el portafolio de la Fed, en un intento por presionar a la baja las tasas de interés de largo plazo.
La Fed haría un anuncio cerca de las 14.15 hora local (1815 GMT) del miércoles.
Según analistas, los consejeros de la Fed, enfrentados a una economía que todavía crece y una inflación que no está lejos de su meta, están preparando una serie de medidas de alivio que no sean agresivas, como una nueva expansión de su hoja de balance.
"Hay pequeños ajustes, no una gran bomba financiera, de los que se habla. Si tuviéramos un periodo donde las cifras de empleo pasaran a negativo, entonces pienso que habrá más acuerdo en el comité de la Fed de que se tiene que hacer algo más fuerte. Ciertamente aún no", dijo Carl Riccadonna, economista de Deutsche Bank.
Otra iniciativa de modesta flexibilización que podría tomar la Fed sería reducir la tasa que la Fed paga a los bancos por el exceso de reservas depositadas en el banco central desde el nivel actual del 0,25%. Tal medida podría hacer más atractivo para los bancos prestar dinero, lo que podría apuntalar a la economía.
El banco central estadounidense recortó las tasas a cerca de cero en diciembre del 2008 y ha comprado US$2,3 billones en bonos de plazo para ayudar a la economía.
En su última reunión, la Fed reafirmó su promesa de mantener las tasas en niveles cercanos a cero hasta mediados del 2013. Aunque algunos funcionarios querían ir incluso más allá, algunos rechazaron la medida y tres se opusieron a ella.
Algunos analistas estiman que la Fed podría comprar entre US$300.000 millones y US$400.000 millones en deuda de cinco a 15 años durante los próximos seis meses, reemplazando a los bonos que están por vencer.
Podrían sumarse ventas directas de bonos a menor plazo, para acelerar la reestructuración de las tenencias de la Fed sin aumentar su tamaño de US$2,8 billones.
Cualquier medida para estimular aún más la economía podría generar objeciones de algunos consejeros de la Fed, que cuestionan que el banco central deba inyectar más dinero a la complicada economía.
Aún así, con la desocupación en un elevado 9,1%, la nula creación de empleos netos en agosto y reportes de que la confianza empresarial y del consumidor decaen, un grupo de autoridades clave como el presidente de la Fed Bernanke, la vicepresidenta Janet Yellen, y el jefe de la Fed de Nueva York, William Dudley, parecen apoyar sólidamente las medidas de estímulo.
Como parte de esas deliberaciones, la Fed discutirá un amplio rango de posibles medidas, como establecer metas públicas específicas para el desempleo o la inflación. Esas medidas -que sólo serán reveladas si la recuperación continúa languideciendo- dejarían en claro que las políticas monetarias ultraexpansivas de la Fed se mantendrán a menos que haya mejorías específicas.