El banco central estadounidense esperará que la sorpresiva medida no sea el inicio de una serie de devaluaciones competitivas que podrían hacer subir al dólar mucho más que su leve apreciación del martes.
Nueva York. La devaluación de la moneda china decidida este martes es poco probable que distraiga a la Reserva Federal de Estados Unidos de la economía local, que cada vez parece estar más preparada para un alza de las tasas de interés.
El banco central estadounidense esperará que la sorpresiva medida no sea el inicio de una serie de devaluaciones competitivas que podrían hacer subir al dólar mucho más que su leve apreciación del martes, debilitando a una ya tenue inflación en la mayor economía mundial, dijeron economistas y observadores de la Fed.
Mientras considera si subir las tasas el próximo mes, la atención de la Fed está en la creciente resistencia del mercado laboral de Estados Unidos.
Los funcionarios de la Fed incluso podrían ver la devaluación de China como un impulso al crecimiento global si ayuda a apuntalar a la tambaleante segunda mayor economía mundial, cuyos problemas han golpeado a los precios de las materias primas y a los mercados financieros.
"No veo que esto afecte la decisión de la Fed a menos que se convierta en algo que sacuda significativamente al mercado", dijo Peter Hooper, economista jefe de Deutsche Bank Securities y un ex economista de la Fed.
"Suma un poco más de peso sobre la economía a través de las exportaciones netas y amortigua levemente los precios a los consumidores, pero no lo suficiente como para alterar significativamente el rumbo de la economía o del mercado laboral de Estados Unidos", agregó.
El Banco Popular de China bajó la cotización del yuan frente al dólar cerca de un 2%, afirmando que se trata de una "depreciación excepcional" que ayuda a alinear a la moneda con otras que han caído ante los preparativos de la Fed para ajustar su política monetaria.
Funcionarios de la Fed dicen que la apreciación del dólar el último año, junto a una caída de la cotización del petróleo y la debilidad de las economías en el extranjero, ha puesto presiones negativas sobre los precios domésticos que se han mantenido bajos y al menos ha jugado un rol en la postergación del alza de tasas.
Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed, dijo el lunes que la tendencia deflacionaria global "molesta" a la Fed. Pero "la economía de Estados Unidos depende principalmente de sí misma, no exclusivamente, pero en una extensión considerable", agregó en una entrevista en televisión.
Los miembros del banco central de Estados Unidos podrían subir las tasas de interés del país por primera vez en casi una década en su reunión del 16 y 17 de septiembre.
El presidente de la Fed de Atlanta, Dennis Lockhart, y otros funcionarios dicen que entre ahora y esa fecha los datos sobre el crecimiento del empleo, la inflación y las ventas minoristas en Estados Unidos serán evaluados para tomar la decisión, sugiriendo que sólo una enorme sorpresa desde el exterior podría alterar las cosas.