En un informe que resultó de una visita oficial al país, el FMI sostiene que aunque Perú sigue siendo una de las economías de mejor desempeño en la región, la actividad económica ha perdido impulso en los últimos años y su crecimiento seguirá siendo "modesto".
Lima. El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó nuevamente las previsiones de crecimiento económico de Perú a un un 2,5% este año, frente al 2,6% estimado en octubre. Mientras que para 2020, redujo su estimación a 3,25% desde el 3,6% previo.
En el informe "Artículo IV" que resultó de una visita oficial al país y que fue publicado este martes, el FMI sostiene que aunque Perú sigue siendo una de las economías de mejor desempeño en la región, la actividad económica ha perdido impulso en los últimos años y su crecimiento seguirá siendo "modesto" antes de tomar un mayor impulso.
El organismo destaca que las medidas adoptadas por el gobierno para acelerar la ejecución en todos sus niveles deberían contribuir a la recuperación de la inversión pública y, en consecuencia, atenuar la caída de la actividad extractiva y los conflictos sociales en el sector minero.
Sin embargo, proyecta un crecimiento del PIB del 2,5% en 2019 y advierte que aunque se espera que persista la brecha negativa del PIB, las presiones inflacionarias deberían permanecer moderadas. Para 2020, augura que el fortalecimiento gradual de la demanda de los socios comerciales y un consumo e inversión privados resilientes, incrementarían el PIB a 3,2%.
El FMI valora en su informe la tendencia a la baja de los riesgos y cree que los márgenes de maniobra para aplicar políticas anticíclicas son suficientes para mitigar el impacto de cualquier shock adverso, producido por la incertidumbre y las tensiones comerciales a nivel global, así como por un mayor ruido político y efctos en la inversión empresarial por investigaciones por corrupción.
Frente a este escenario, el Fondo considera necesario que Perú cuente con políticas de amplio espectro que profundicen la resiliencia ante los shocks, incrementen la productividad y mejoren la protección social.
"La actual desaceleración de la actividad y la exacerbación de la incertidumbre justificarían un estímulo fiscal y monetario. Una infraestructura financiera más fuerte apuntalaría la capacidad del sistema de absorber una gama más amplia de shocks externos. Las reformas estructurales reforzarían la competitividad y la productividad, y harían al crecimiento más inclusivo", reza el informe.