"Hay señales de que el gobierno chino se está preparando para una nueva fase económica y ha venido recalibrando sus objetivos de crecimiento de lo cuantitativo a lo cualitativo", subraya un documento de la organización.
Un "aterrizaje forzoso" de la economía china es poco probable aunque los últimos acontecimientos hayan provocado alguna duda sobre sus pespectivas, según un informe del Foro Econónmico Mundial (FEM) publicado el miércoles.
Según el Informe de Competitividad Global 2015-2016, China ha logrado la educación primaria prácticamente universal y altos niveles de salud pública, ha invertido enormemente en transporte e infraestructuras energéticas, y ha garantizado un ambiente macroeconómico relativamente estable.
Estos éxitos no sólo han contribuido a su emergencia como centro de manufactura, sino que también representan un valor para la continuidad de su crecimiento, agrega.
Una eventual ralentización de la economía china era inevitable, previsible y totalmente normal, dada la impresionante trayectoria de crecimiento en las últimas dos décadas, explicaron analistas del FEM.
"Hay señales de que el gobierno chino se está preparando para una nueva fase económica y ha venido recalibrando sus objetivos de crecimiento de lo cuantitativo a lo cualitativo", subraya el documento.
Añade que los desafíos y riesgos de caídas en China son muchos aunque es improbable que la economía experimente un "aterrizaje forzoso".
El factor más problemático para hacer negocios en China es la falta de capacidad para innovar, una preocupación que se ha incrementado en los últimos años, precisa el análisis.
Asevera también que entre las economías asiáticas emergentes y en desarrollo, las tendencias de competitividad son en su mayoría positivas, a pesar de los muchos desafíos y las profundas disparidades existentes en la región.
El informe es una evaluación anual de los factores que dirigen la productividad y la prosperidad en 140 países. La edición de este año desvela una relación entre países altamente competitivos con los que o bien resistieron la crisis económica global o se recuperaron rápidamente de ella.
Dentro de él se incluye el llamado Indice de Competitividad Global (ICG), que fue introducido por el FEM en 2004.
Definiendo la competitividad como conjunto instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país, sus puntuaciones se calculan superponiendo datos nacionales que cubren 12 categorías y dan una imagen completa de la competitividad de cada nación.