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Fortaleza del real de Brasil es factor clave para el crecimiento de la economía de Argentina
Miércoles, Noviembre 3, 2010 - 07:13

La apreciación del real, afirman expertos, mitiga el problema de la competitividad argentina, ya que para Brasil sigue siendo atractivo importar bienes de su vecino, especialmente industriales, como automóviles y partes.

Buenos Aires. La fortaleza del real de Brasil ante el dólar es, junto al auge de los precios de las materias primas agrícolas, un factor clave para la expansión de la economía argentina, ya que le ayuda a moderar su pérdida de competitividad.

Economistas argentinos vigilan de cerca las fluctuaciones cambiarias en Brasil y las medidas del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que buscan debilitar al "súper real", que se ha apreciado en torno a 6% desde junio de 2010 a sus máximos en dos años, debido a sus eventuales efectos en el mercado interno.

El avance del real, afirman expertos, mitiga el problema de la competitividad argentina, ya que para Brasil sigue siendo atractivo importar bienes de su vecino, especialmente industriales, como automóviles y partes. Un 85% de los envíos argentinos de vehículos se dirigen a Brasil.

Brasil y Argentina son los socios principales de la unión aduanera Mercosur, que también integran Paraguay y Uruguay.

El bloque comercial tiene un esquema de comercio para el sector de automóviles que ha fomentado la fabricación en sus dos mayores mercados, que se abastecen sin aranceles.

No a la devaluación del real. "Lo único que la economía argentina no puede soportar es una devaluación del real", dijo el ex presidente del Banco Central de Argentina Javier González Fraga, un respetado economista. "Y no creo que eso ocurra", agregó.

El ritmo de alzas en los precios se ha acelerado en los últimos 12 meses en Argentina y podría llegar hasta un 27% en 2010, según economistas, mientras que el peso ha permanecido prácticamente estable en torno a las 4 unidades por dólar.

Argentina mantiene un tipo de cambio administrado desde hace años, con autoridades monetarias que intervienen activamente en el mercado con el fin de sostener una moneda competitiva. El real brasileño es, después del dólar, la principal referencia para la política cambiaria del país.

Empresarios argentinos se han mostrado preocupados por los crecientes costos en dólares provocados por una inflación elevada y un tipo de cambio estable.

Pero una economía en expansión -que crecería este año en torno a un 9%- y un consumo elevado, han mantenido los reclamos en segundo plano.

La consultora Ecolatina dijo en un reciente informe que los altos términos de intercambio y el real BRBY fuerte son los factores que permiten en Argentina "moderar los efectos de un tipo de cambio real cada vez más apreciado".

Pero la consultora advirtió que "en el mediano plazo, la continuidad del 'súper real' no está garantizada, especialmente si la cuenta corriente continúa deteriorándose y las condiciones de liquidez mundial se vuelven menos favorables".

Un problema real. En Argentina, la apreciación real del peso es un problema para productores y empresas. Pero el gobierno apuesta a que con el superávit comercial y la fortaleza del real brasileño, podrá resistir las presiones de la industria por debilitar su moneda.

Algunos analistas piensan incluso que en 2011, de mantenerse las condiciones macroeconómicas globales, el gobierno argentino y las empresas del país podrían enfrentarse al desafío de tener un peso aún más fuerte.

Y agregan que el gobierno se aferrará a un peso apreciado como una manera de mantener un cierto control sobre los precios, mientras mantiene la expansión del gasto público de cara a las elecciones del 2011, en las que se espera que la presidenta Cristina Fernández compita por su reelección.

"La estabilidad del tipo de cambio es la única variable que contiene al resto de los dos grandes desequilibrios que va teniendo la Argentina, que es el desequilibrio fiscal y el desequilibrio monetario", dijo el ex viceministro de Economía Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport.

"La revaluación cambiaria seguirá su curso", agregó Todesca.

Amortiguador. Argentina viene impulsando su pujante economía con una cosecha récord de soja y maíz y una fuerte demanda de bienes manufacturados desde Brasil.

El flujo comercial bilateral para septiembre de este año fue de US$3.212 millones, el nivel más alto en lo que va del 2010, con un déficit para Argentina de US$514 millones.

Mientras los bienes brasileños en el exterior se encarecen, el mercado de Brasil fue el principal receptor de las exportaciones argentinas -el 20,6% del total- entre enero y agosto del 2010, según la consultora IES.

Las manufacturas industriales como autos y autopartes, máquinas y equipos, plásticos y sus manufacturas, y materias primas como trigo impulsaron ese comercio.

"Estamos bien por Brasil (...) subiendo la cuesta con la inflación y el consumo, pero no es una política sostenible en el tiempo", dijo Raúl Ochoa, un economista experto en comercio.

"El efecto del real a 1,68, 1,70 (por dólar) realmente es muy favorable para la competitividad argentina, porque amortigua el efecto de tener la tasa de cambio fija con inflación", explicó el economista Mario Blejer, ex presidente del Banco Central argentino.

Pero para los analistas, si Brasil frena la apreciación de su moneda, el comercio argentino tendrá menos rentabilidad e incluso sus exportaciones podrían verse afectadas.

"La lógica es que se va agotando el colchón cambiario que tiene la economía", afirmó Mariano Lamothe, economista jefe de la firma de análisis Abeceb.

Autores

Reuters