El plan franco-alemán cambiaría el tratado de la UE para aplicar sanciones automáticas a los países que superen sus objetivos de déficit.
París. Francia y Alemania sondearán este jueves a los líderes conservadores europeos respecto a su plan para contener la crisis de deuda de la zona euro, buscando reunir apoyo antes de la cumbre de la Unión Europea del viernes.
París y Berlín necesitan conseguir rápidamente respaldo para su plan contra la crisis, con el que buscan reformar el tratado de Lisboa de la Unión Europea para endurecer las normas de disciplina presupuestaria, si quieren tenerlo listo para marzo, como esperan.
El presidente de Francia Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel tienen la oportunidad de reunir a algunos otros líderes detrás de su plan, antes de la cumbre de la Unión Europea en un congreso del jueves del conservador Partido Popular Europeo en Marsella, en el sur de Francia.
Mientras aún restan muchos detalles por afinar, Sarkozy y Merkel quieren asegurarse el apoyo de otros países del bloque en la cumbre que comenzará en la noche del jueves en Bruselas y que está previsto que termine el viernes.
Un funcionario alemán de alto rango desalentó a quienes esperaban un gran avance en la cumbre, sin embargo, el ministro de Finanzas de Francia dijo que los líderes de ambos países no abandonarían Bruselas hasta que haya surgido un acuerdo "poderoso".
Si el total de los 27 estados de la UE no apoya una mayor unión fiscal mediante una reforma al tratado, cuya negociación tardó 8 años, entonces Sarkozy y Merkel buscarán que los 17 países de la zona euro sigan adelante con el plan de integración por sí mismos.
Los líderes de Francia y Alemania deben llegar a media mañana a Marsella, y Sarkozy pronunciará un discurso a las 1230 GMT. El y Merkel sostendrán posteriormente encuentros bilaterales con el primer ministro electo de España, Mariano Rajoy, antes de dirigirse a Bruselas.
"Necesitamos normas más vinculantes y más ambiciosas y compromisos de los estados miembros del área euro", dijeron Sarkozy y Merkel en una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien ha realizado sus propias propuestas para contener la crisis.
"Ellas deberían reflejar que compartir una moneda única significa compartir una responsabilidad por el área euro como un todo", agregó la carta.
El arte de construir un consenso
El plan franco-alemán cambiaría el tratado de la UE para aplicar sanciones automáticas a los países que superen sus objetivos de déficit. Las sanciones podrían detenerse sólo si tres cuartos de los países de la zona euro se oponen a ellas.
No todos los países de la zona euro están cómodos con las propuestas de Alemania y Francia. Finlandia se opone a su llamado a aplicar votaciones de mayoría a las grandes decisiones sobre política.
"La postura de Finlandia es muy clara, nosotros creemos que se necesita de unanimidad para tomar decisiones (...) y esa es la visión que Finlandia promoverá que siga adelante también", dijo la ministra de Finanzas finlandesa, Jutta Urpilainen, a periodistas el pasado miércoles en Helsinki.
El presidente de Banco Central Europeo, Mario Draghi, indicó la semana pasada que una reforma a las normas fiscales de la zona euro sería la condición necesaria para que el banco juegue un papel mayor para controlar la crisis de deuda.
Con las dudas de los mercados financieros pendiendo sobre el Fondo Europeo de Estabilidad Económica, el fondo de rescate del bloque, muchos economistas dicen que la forma más efectiva de controlar la crisis sería que el BCE juegue un rol más agresivo.
Mientras los líderes de la UE se preparan para su cumbre, el BCE se reunirá en Frankfurt el jueves para un encuentro de política monetaria en el que la mayoría de los economistas esperan que se rebajen las tasas de interés en 25 puntos básicos a un mínimo récord de 1,0%.
En una señal de que la preocupación por la crisis se extiende más allá de Europa, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, se ha reunido con Sarkozy y Draghi entre otros importantes funcionarios durante una gira por el continente para buscar un avance en los planes por controlar la crisis.