Ante un aumento de los costos de endeudamiento a medida que su calificación crediticia "AAA" se ve amenazada, Francia pareció abogar por una acción más contundente del BCE, sumándose a la creciente presión global encabezada por el presidente estadounidense, Barack Obama.
París/Roma. Francia y Alemania, las dos principales potencias de Europea, se enfrentaron el miércoles respecto a si el Banco Central Europeo debe intervenir más para frenar la crisis de deuda de la zona euro luego de que sus modestas compras de bonos no lograran reducir su escalada.
Ante un aumento de los costos de endeudamiento a medida que su calificación crediticia "AAA" se ve amenazada, Francia pareció abogar por una acción más contundente del BCE, sumándose a la creciente presión global encabezada por el presidente estadounidense, Barack Obama.
El contagio en el mercado de bonos se está propagando por Europa. El rendimiento del bono italiano a diez años ha subido por encima del 7%, una tasa insostenible en el largo plazo. Los rendimientos de los bonos emitidos por Francia, Holanda y Austria -que junto con Alemania forman el corazón de la zona euro- también han subido.
"El rol del BCE es asegurar la estabilidad del euro, pero también la estabilidad financiera de Europa. Confiamos en que el BCE tomará las medidas necesarias para asegurar la estabilidad financiera en Europa", dijo la portavoz del gobierno galo, Valerie Pecresse, tras una reunión de gabinete en París.
Pecresse dijo que París creía que la prima de riesgo que cobran los inversores por comprar deuda pública francesa en vez de los referenciales bonos alemanes a diez años, que son más seguros, "no se justifica".
El diferencial entre el bono galo a diez años y el equivalente germano subió el miércoles a una cifra récord de 195 puntos básicos.
La canciller alemana, Angela Merkel, dejó en claro que Berlín resistirá la presión para que el banco central asuma un papel mayor para resolver la crisis de deuda y dijo que las regulaciones de la Unión Europea prohibían una acción de ese tipo.
"De la forma en que vemos los tratados, el BCE no tiene la posibilidad de resolver estos problemas", dijo Merkel tras conversar con el primer ministro irlandés, Enda Kenny.
La única forma de recuperar la confianza de los mercados es aplicar las reformas económicas acordadas y construir una unión política europea más estrecha mediante la modificación del tratado europeo, dijo Merkel.
Las autoridades del BCE siguen rechazando los llamados internacionales a intervenir decididamente como prestamista europeo de último recurso y subrayaron que depende de los gobiernos resolver la crisis de deuda a través de medidas de austeridad y reformas.
Alivio pasajero. Operadores dijeron que el BCE compró bonos españoles e italianos el miércoles, pero que el alivio duró poco, y que no habían muestras de cambio en la política del BCE de adquirir montos limitados para calmar temporalmente a los mercados, mientras mantiene la presión sobre los gobiernos.
Durante una visita a Australia, Obama llamó a Europa a actuar más audazmente para extinguir la propagación de la crisis.
"Hasta que establezcamos un plan concreto y una estructura que envíe una señal clara a los mercados de que Europa está detrás del euro y que hará lo que sea necesario, vamos a seguir viendo el tipo de turbulencia de mercado que hemos visto", sostuvo.
El mandatario estadounidense afirmó que pese a que han habido avances con la instalación de gobiernos de unidad nacional en Italia y en Grecia, Europa aún enfrenta un "problema de voluntad política".
En Roma, el primer ministro designado, Mario Monti, presentó un Gobierno de tecnócratas, quedándose él mismo con la cartera de Economía en un intento por aplicar reformas estructurales y de austeridad largamente aplazadas.
Monti, un ex comisario europeo, dijo que esperaba que los mercados de tranquilizaran con su equipo, con varios académicos y el jefe ejecutivo de un banco, pero sin políticos. Dijo que presentará su plan de austeridad el jueves al Senado.
El presidente ejecutivo de Unicredit, Federico Ghizzoni, dijo que pediría al BCE que incremente el acceso de bancos italianos a los fondos del banco central, pues han enfrentado problemas de financiamiento cada vez mayores desde que Italia se vio atrapada por la crisis de deuda en julio.
Crisis sistemica. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo ante el Parlamento Europeo que la zona euro afrontaba una crisis sistémica y que fragmentar la Unión Europea no era una solución.
En Grecia, el primer ministro Lucas Papademos, ex vicepresidente del BCE, parecía encaminarse a ganar el voto de confianza del Parlamento para su Gobierno interino, pese a la negativa del principal líder conservador a sumarse a más medidas de austeridad.
Los mercados financieros son escépticos de que los tecnócratas no elegidos tengan la suficiente influencia como para imponer reformas impopulares, en momentos en que la crisis de deuda cumple ya dos años amenaza con extenderse a toda la zona euro y dañar el crecimiento mundial.
Muchos analistas creen que la única manera de contener el contagio por ahora es que el Banco Central Europeo compre grandes cantidades de bonos, el tipo de alivio cuantitativo adoptado por los bancos centrales estadounidense y británico.
La idea ha encontrado una fuerte oposición en Alemania, la principal economía de la zona euro.
Sin embargo, Peter Bofinger, miembro de un grupo de economistas que asesora al Gobierno alemán, dijo el martes que el BCE debería convertirse efectivamente en el prestamista de emergencia de la zona euro si los problemas de deuda del bloque amenazan con destrozar al sistema financiero.
"Si los políticos no pueden hacerlo, entonces el BCE debe hacer todo lo que pueda para reducir las tasas de interés a niveles más razonables", declaró Bofinger a Euro Finance Week.