El fraude aumentó un 15% en el último año en el mundo, donde se produce una falsificación cada tres segundos, dice José Luis Vargas, director para el Caribe de FICO, una de las empresas líderes en la prevención de esas prácticas ilícitas.
El fraude en el comercio electrónico en América Latina y el Caribe alcanza los US$430 millones al año y las compañías a nivel global pierden US$3,5 billones por ese flagelo, según un estudio presentado este miércoles en República Dominicana.
Además, el fraude aumentó un 15% en el último año en el mundo, donde se produce una falsificación cada tres segundos, señaló el estudio divulgado este miércoles en Santo Domingo por José Luis Vargas, director para el Caribe de FICO, una de las empresas líderes en la prevención de esas prácticas ilícitas.
Vargas se manifestó así durante un encuentro de la industria de servicios financieros en la región caribeña para combatir el fraude bancario que organizó su empresa, que cuenta con más de 5.000 clientes en 80 países.
"Donde crecen las tarjetas de crédito es donde atacan los defraudadores", declaró Vargas, quien aseguró que un 40% de los fraudes financieros está relacionado con tarjetas de crédito.
Entre los asistentes hubo responsables de áreas de fraude de varios de los principales bancos dominicanos, entre otras entidades del ramo.
Vargas comentó que el fraude que se comete con mayor frecuencia en Latinoamérica y el Caribe afecta a las transacciones internacionales.
En ese sentido, el directivo de FICO explicó que "te roban la identidad en tu país o en otro en el que estás viajando y luego hacen los consumos en un país donde es común que se hagan compras de grandes montos para que no haya verificación".
El robo a los bancos de la región a través de Internet supera los 50 millones de dólares anuales, señaló el directivo.
Añadió que los países que registran mayor cantidad de fraude en Latinoamérica son México, Venezuela y Argentina, y República Dominicana, en la región del Caribe.
Vargas dijo en el encuentro de este miércoles que República Dominicana es más vulnerable al fraude electrónico que otros de la región porque es el mercado que más crece en cuanto a consumo de tarjetas de crédito y carece de la infraestructura tecnológica para prevenirlo.
El mercado dominicano de tarjetas crece a un ritmo de 18 % anual, del cual el 85% corresponde a crédito y el 15% a débito, con las cuales se realizan 54 millones de transacciones.
Los defraudadores ven como en los últimos años crece el mercado y que se han automatizado los procesos, y esto hace que haya más exposición a los delitos, según Vargas.
"Es muy cómodo poder hacer banca online a través de tabletas y el teléfono, pero eso ha abierto mayores puertas para los defraudadores" enfatizó el directivo de FICO.