Según Guedes, el gobierno pretende liberar 42.000 millones de reales (US$11.200 millones) del Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS) de los trabajadores.
Río de Janeiro.- El gobierno brasileño espera inyectar 63.000 millones de reales (US$16.800 millones) en la economía con la liberación de dos fondos de beneficios para los trabajadores, con la intención de estimular la economía del país, que en el primer trimestre se contrajo un 0,2%, informaron fuentes oficiales.
El anuncio lo hizo el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, en una entrevista concedida a la televisión Globonews, en la que aseguró que tras la aprobación en el Congreso de la reforma de la seguridad social y pensiones, el gobierno prepara otras medidas de estímulo económico.
Según Guedes, el gobierno pretende liberar 42.000 millones de reales (US$11.200 millones) del Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS) de los trabajadores, y otros 21.000 millones de reales (US$5.600 millones) del Programa de Integración Social-Programa de Formación del Patrimonio del Servidor Público (PIS-PASEP).
En mayo, Guedes afirmó que el gobierno había estudiado liberar los recursos del FGTS una vez fuera aprobada la reforma de la seguridad social. Se trata de un abono que los trabajadores reciben una vez sean despedidos o dejen el empleo.
El PIS es un abono pagado a los trabajadores de la iniciativa privada, administrado por la estatal Caixa Económica Federal, mientras que el PASEP es el abono pagado a los empleados públicos, a través del estatal Banco do Brasil.
La intención del gobierno es reactivar la economía brasileña, que no consigue dejar atrás los efectos de la grave crisis económica vivida entre 2015 y 2016, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo más de 7 puntos.
En 2017 y 2018, Brasil creció apenas un 1,1% en ambos años, y la previsión este año era que lo hiciera alrededor de un 3%, aunque el alto desempleo, que supera los 13 millones de personas y frena el consumo interno, la baja confianza de los consumidores y los empresarios ha hecho que la expectativa sea de un 0,8% actualmente.
En el primer trimestre, la economía brasileña dio señales de su debilidad al contraerse un 0,2%.