El real todavía está 15% más débil de lo que estaba el 1 de marzo, convirtiéndose en una de las monedas importantes con peores resultados durante ese período.

Sao Paulo. Las recientes intervenciones de Brasil en el mercado de cambios han apuntado a limitar la volatilidad luego de que el real se depreciara con "excesiva" velocidad, pero no señalan un rango objetivo del gobierno para la moneda, dijo a Reuters el viernes un alto funcionario.

"La estrategia es prevenir movimientos que son muy rápidos y podrían distorsionar la economía", dijo el funcionario, que pidió no ser identificado.

"Por otro lado, tampoco vamos a trazar líneas duras o hacer algo que con el tiempo no podamos defender" en caso de una fuerte conmoción en el mercado, como un deterioro en la crisis de la zona euro, aseguró.

El Banco Central de Brasil comenzó a intentar limitar las pérdidas del real el 18 de mayo con la venta de swaps de monedas. En ese momento, el real se estaba depreciando con rapidez, sobre todo a causa de las preocupaciones sobre la crisis de la zona euro.

El real llegó este miércoles a un mínimo en tres años de cerca de 2,10 unidades por dólar, pero las ventas de swaps desde entonces han ayudado a que se aleje de las 2 unidades.

El real todavía está 15% más débil de lo que estaba el 1 de marzo, convirtiéndose en una de las monedas importantes con peores resultados durante ese período.

El funcionario negó las especulaciones del mercado de que el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff estaba tratando de establecer un nuevo piso que podría prevenir la depreciación del real más allá de 2,05 o 2,10 por dólar.

El funcionario dijo que la intervención fue, en cambio, diseñada para evitar que el real baje demasiado rápido y agregó que la flexibilidad en la tasa de cambio podría ser necesaria si la crisis de la zona euro se deteriora en las próximas semanas.

"Nadie sabe realmente lo que va a pasar con Grecia, con Europa (...) Estamos en un modo de espera", dijo el funcionario.

La moneda de Brasil opera en un régimen de libre flotación, aunque el gobierno de Rousseff tomó repetidas medidas durante el año pasado para manejar su cotización.