La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social presentó un adelanto de su Informe de Coyuntura Económica del cuarto trimestre de 2010, que presenta a un país con una débil recuperación económica y fuertes presiones fiscales.
La deuda pública de El Salvador continúa incrementándose, sin poder traducirse en inversión efectiva, dijo este miércoles la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
La institución presentó un adelanto de su Informe de Coyuntura Económica del cuarto trimestre de 2010, que presenta a un país con una débil recuperación económica y fuertes presiones fiscales.
Álvaro Trigueros, gerente de la sección macroeconómica de Fusades, lamentó que el Estado se endeude para satisfacer compromisos de corto plazo y que, por el contrario, sacrifique inversiones que traerían beneficio permanente.
Para el caso, la inversión de capital no logró ejecutar US$130,5 millones de lo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en marzo de 2010, mientras tanto, el pago de transferencias corrientes, en los que se cuentan subsidios, se excedió en $151.4 millones.
El analista consideró que el Estado no pudo cumplir con la focalización de los subsidios. Además sostuvo que los salarios del sector público atraviesan una expansión acelerada, superior a la necesaria.
Entre 2007 y 2010, los salarios de los empleados públicos han subido 21,5%, es decir, el triple de la inflación acumulada durante esos años, que fue de 7,5%.
"Los incentivos salariales en el sector público no están alineados con el mercado laboral", dice Trigueros. Recuerda que los empleados públicos ganan entre 20% y 40% más que un empleado del sector privado con similares habilidades.
A todo esto se suma un débil crecimiento económico. Así, deuda pública se encamina a significar un 66,7% del Producto Interno Bruto en 2015, dice Fusades, un aumento de ocho puntos porcentuales de la proyección que llevaba en 2009.
Solo para remontar el deterioro, el país necesitaría corregir 4,3% del PIB en los próximos cuatro años, mediante la disminución del gasto corriente, más impuestos, combate a la evasión y la inversión mediante alianzas público privadas.
Por su lado, Carlos Cáceres, ministro de Hacienda, matiza que el endeudamiento del Estado marcha según las proyecciones. A pesar de la necesidad de mayor financiamiento, el PIB crecerá 2.5% en 2011 y mitigaría parte de las presiones.
El funcionario sostiene que la deuda pública representó 50.8% del PIB en 2010. Este año, la historia será similar.
Además, resaltó que el déficit público cerrará entre 3,5% y 3,8% este año, según los compromisos adquiridos con el FMI para lograr el acuerdo stand by. El año pasado se cumplió con la meta de 4,8%, incluso se mejoró el resultado a 4,7%
"En la carga tributaria terminamos bien, a niveles de 14% del coeficiente de tributación del año pasado, y hoy estamos haciendo el esfuerzo por llegar a 14,8% o 14,9% al cierre de 2011", dijo Cáceres.
Fusades considera que la economía salvadoreña tendrá un ritmo de crecimiento bajo en 2011, aunque se abstiene de brindar proyecciones numéricas del PIB.
Las primeras señales de recuperación se están dando con los sectores vinculados al comercio internacional, dice Pedro Argumedo, gerente de la sección microeconómica de la entidad.
Las exportaciones e importaciones aumentaron en 17,8% el año pasado, aprovechando la recuperación mundial. Sin embargo, la demanda interna y la construcción siguen decaídos.
A esto se suma una nueva amenaza: el alza de los precios de alimentos y combustibles. El año pasado, los precios en el rubro de alimentos subieron 7,9% y en el transporte, 3,4%.
En un escenario donde el empleo está decaído, por debajo de los niveles de 2008, la subida de los precios golpearía los bolsillos de los salvadoreños.
Pero también representa una oportunidad para mejorar la producción agrícola, ya que se volverá más atractivo para los agricultores, propone Fusades.