Estados Unidos enfrenta presiones de todos lados por sus políticas comerciales. Algunos legisladores llevan adelante en el Congreso de ese país un proyecto de ley que sanciona a China por mantener su moneda subvaluada para ganar ventajas comerciales.
Corea del Sur. Hay pocas probabilidades de que el G-20 alcance un acuerdo para rechazar las devaluaciones de monedas y limitar los saldos de cuenta corriente, dijo este jueves una fuente, luego de que las propuestas de Estados Unidos recibieran una cerrada oposición.
El rápido rechazo al llamado de Washington a fijar metas numéricas sobre superávits o déficits comerciales "sostenibles" refleja las dificultades que enfrentan los ministros de Finanzas del Grupo de los 20 países desarrollados y emergentes que se reunirán este fin de semana en Corea del Sur.
Esto, mientras tratan de encontrar mecanismos para desactivar las tensiones cambiarias y desequilibrios económicos derivados de la crisis financiera.
La fuente del G-20, con conocimiento directo de las negociaciones, dijo que las propuestas habían sido rechazadas por India, China y otras economías emergentes, e incluso por Alemania, que goza de un gran superávit comercial.
En una entrevista con el periódico Wall Street Journal, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, pidió alcanzar un acuerdo sobre "normas" de política cambiaria.
"Ahora mismo, no hay una sensación establecida de lo que es justo", dijo Geithner al Journal. "Nos gustaría que los países lleven adelante una serie de normas sobre políticas de tipos de cambio", afirmó.
En Washington ronda también la idea de fijar metas específicas para los balances de cuenta corriente.
Esto se basaría en un compromiso asumido por el G-20 el año pasado para que los países con grandes superávits comerciales, como China, cambien su modelo de crecimiento basado en las exportaciones, y las economías con grandes déficits, como Estados Unidos, aumenten sus ahorros.
"Estamos explorando si podemos llegar al acuerdo de comprometerse a mantener los desequilibrios externos a niveles que sean más sostenibles", dijo Geithner al diario.
Estados Unidos enfrenta presiones de todos lados por sus políticas comerciales. Algunos legisladores llevan adelante en el Congreso de ese país un proyecto de ley que sanciona a China por mantener su moneda subvaluada para ganar ventajas comerciales.
Pero grandes multinacionales estadounidenses quieren que el tema se aborde de manera más moderada.
El fabricante de maquinaria pesada Caterpillar Inc pidió a Washington "evitar decisiones políticas que puedan crear tensiones comerciales entre Estados Unidos y otros socios comerciales claves y evitar políticas tributarias que pongan a multinacionales estadounidenses, como Caterpillar, en desventaja competitiva".
La fuente del G-20 dijo que el borrador final del comunicado del encuentro multilateral sólo comenzará a elaborarse en la noche de este viernes, tras la primera ronda de reuniones entre los ministros de Finanzas y los gobernadores de bancos centrales en Gyeongju.
"Si Estados Unidos persiste en esa línea, nosotros nos opondremos", agregó la fuente, que aclaró que el comunicado final haría una referencia más "tenue" sobre las divisas y las balanzas de cuenta corriente.
La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, dijo que se carecía de coordinación en política cambiaria y que Asia tenía un rol vital que jugar. "Podemos ver que hay desequilibrios, que falta coordinación", afirmó.
Diplomáticos dijeron que Washington estaba proponiendo que los países deberían apuntar a limitar sus superávits o déficits de cuenta corriente a un 4% del Producto Interno Bruto.
Sin embargo, el ministro de Economía alemán, Rainer Bruederle, manifestó su rechazo a las metas numéricas.
"La afinación macroeconómica y las metas cuantitativas no son los enfoques adecuados en nuestra opinión", dijo Bruederle a Reuters en Berlín antes de partir a Corea del Sur.
En la misma línea, el viceministro de Finanzas ruso, Dimitry Pankin, se mostró escéptico con la iniciativa.
"Estados Unidos tratará de poner el asunto de los tipos de cambio y los balances de cuenta corriente en el tope de la agenda para tratar de presionar a China a adoptar ciertos compromisos en esta materia. En mi opinión, es poco probable que tengan éxito", afirmó.
"Lo más probable es que haya declaraciones generales bajo el concepto de 'vivamos en paz'. No espero un gran éxito en esta esfera", dijo.
En tanto, un funcionario del Ministerio de Finanzas indio manifestó también sus dudas sobre la idea de Geithner de fijar metas numéricas.
"Creo que esto tiene que ser analizado desde un punto de vista de los fundamentos. Al ligar de manera artificial los niveles de déficits de cuenta corriente al PIB se está dando una lectura somera a la realidad. No estoy seguro de que esto vaya a ser apoyado por muchas economías emergentes", dijo el funcionario a Reuters.
Jugar a culparse. Pankin criticó a Estados Unidos por poner toda la presión en los mercados emergentes para lograr un equilibrio económico global, cuando fueron las políticas laxas de Washington las que generaron masivos flujos de capital hacia las economías en desarrollo, generando presión sobre sus tipos de cambio.
"Creemos que este tipo de políticas no llevarán a nada bueno. Las cosas no se compondrán a menos que Estados Unidos recorte su déficit de presupuesto y endurezca su política monetaria", señaló.
Sus declaraciones contrastaron con la visión de Geithner, quien espera que mediante la cooperación en política cambiaria pueda forzar a China a permitir una apreciación acelerada del yuan.
Las monedas más importantes están "casi alineadas ahora", dijo Geithner al Wall Street Journal.
El jefe del Tesoro estadounidense reiteró que el yuan se encuentra significativamente subvaluado, pero agregó que se corregiría con el correr del tiempo si el ritmo de apreciación que se ha visto desde septiembre es sostenido.
"Si China supiera que si se movieran más rápidamente, otros mercados emergentes se moverían con ellos y sería más fácil para ellos moverse", dijo Geithner.
Países desde Brasil hasta Corea del Sur se han mostrado temerosos ante el alza de sus monedas por la posibilidad de que esto pueda costarles competitividad frente a China. Por su parte, Pekín sostiene que el alza del tipo de cambio del yuan debe ser gradual.