La gestión de la presidenta Cristina Fernández ya aplicó este año cambios en el gravamen, aunque la mayoría de los sindicatos consideró insuficiente la modificación de un impuesto que explica el 24% de la recaudación.
Argentina podría bajar nuevamente el Impuesto a las Ganancias antes de las elecciones presidenciales de octubre, dijeron a Reuters una fuente oficial y otra cercana al Gobierno, en medio de encendidos reclamos sindicales por una tasa que recorta los salarios altos y medios.
La gestión de la presidenta Cristina Fernández ya aplicó este año cambios en el gravamen, aunque la mayoría de los sindicatos consideró insuficiente la modificación de un impuesto que explica el 24% de la recaudación.
Si bien el Gobierno consideró en reiteradas ocasiones que el actual diseño del Impuesto a las Ganancias resulta injusto para muchos argentinos, también destacó que es necesario para solventar los gastos sociales en momentos en que la economía se encuentra estancada y las erogaciones del Estado crecen.
El martes, las principales centrales sindicales opositoras realizarán una huelga general que se prevé que paralizará la actividad debido a la amplia adhesión de los gremios del transporte, en reclamo de alzas salariales que compensen la alta inflación y de una reducción del Impuesto a las Ganancias.
A pocos meses de las elecciones presidenciales de octubre, a las que Fernández no podrá presentarse por una restricción constitucional, la baja del impuesto aparece como un modo de evitar conflictos y ganar apoyo para el peronismo oficialista, que estará representado por el gobernador Daniel Scioli o el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
"Probablemente se haga un nuevo retoque sobre (el Impuesto a las) Ganancias, que afecte al mínimo no imponible, antes de las elecciones. Se haría si hay margen, porque la expansión de gastos debe ser con recursos genuinos, a partir de la recaudación", señaló a Reuters una fuente del Gobierno.
La modificación aplicada al impuesto en mayo pasado dejó intacto el piso a partir del cual se paga el tributo, conocido como mínimo no imponible, que podría ser parte de un cambio más amplio que actualmente es evaluado por las autoridades.
Dos proyectos. Una fuente que habitualmente trabaja con el Ministerio de Economía dijo a Reuters que la cartera está analizando dos proyectos de ley para introducir cambios en el impuesto.
Según una copia de las iniciativas a la que accedió Reuters, una de las propuestas impulsa una "reforma semiestructural del impuesto, cambiando y actualizando escalas, eliminando exenciones y otros mecanismos".
El costo fiscal de este proyecto sería de 11.000 millones de pesos (US$1.220 millones), ya que sumaría 1 millón de nuevos contribuyentes pero reduciría la tasa que paga la clase media.
La otra iniciativa "consiste en una reforma estructural más profunda del impuesto, para hacerlo más progresivo".
En este caso, el costo para el fisco sería de 14.000 millones de pesos, debido a que el 87% de los actuales contribuyentes se vería beneficiado. Por otro lado, habría 70.000 nuevos contribuyentes que pagarían sólo entre 11 y 130 pesos mensuales.
No está claro si los proyectos bajo análisis prevén un ajuste anual por inflación en el Impuesto a las Ganancias, tal como demandan muchos expertos y economistas de la oposición.
Al mantenerse fija la escala de sueldos gravada, los ajustes salariales anuales que reciben los trabajadores por la inflación -que estaría cerca del 25% en 2015- hacen que cada vez más empleados deban pagar una alícuota mayor del impuesto, pese a que su poder de compra no ha crecido.
En mayo, la recaudación por el gravamen creció un 53,6% en la comparación interanual para alcanzar los 44.919 millones de pesos. La recaudación tributaria total creció un 31,5% en el mismo mes, para llegar a 138.139 millones de pesos.
Economistas privados consultados por Reuters señalaron que el Gobierno cuenta con la capacidad para absorber una merma en la recaudación cercana a los 15.000 millones de pesos anuales