Aunque el cálculo es preliminar, el ministro del área, Luis Arce Catacora, indicó que este porcentaje podría seguir aumentado debido a las demandas por mejoras salariales de algunos sectores de la población.
Con relación al Producto Interno Bruto (PIB), de unos US$20.000 millones proyectados para esta gestión, el 4,9% del déficit fiscal representa para el Tesoro General de Bolivia un gasto de US$980 millones. El déficit fiscal es la diferencia negativa entre los ingresos y los egresos públicos del Estado. Lo contrario es el superávit fiscal.
Aunque el cálculo es preliminar, el ministro del área, Luis Arce Catacora, indicó que este porcentaje podría seguir aumentado debido a las demandas por mejoras salariales de algunos sectores de la población. También, añadió, por el pedido de un mayor incremento en sus rentas de las personas que se jubilaron con la antigua Ley de Pensiones (Ley 1732).
Impacto. El ministro Arce anunció que la nueva proyección del déficit fiscal formará parte del Presupuesto General del Estado (PGE) Reformulado 2011, el cual será enviado en agosto o septiembre a la Asamblea Legislativa Plurinacional para su aprobación.
“Ese tipo de incrementos salariales adicionales (a maestros, sector salud y jubilados) tiene un impacto en el déficit fiscal. Ya tenemos un cálculo preliminar (...), estamos bordeando el 4,8%, 4,9% (...). Por eso hay que controlar el gasto público y hay que mejorar los ingresos”, precisó el funcionario.
El Ministerio de Economía elevó sus previsiones del déficit fiscal para este año al 4,9% del PIB. Su anterior proyección, de un 4,2%, quedó chica debido al aumento salarial adicional del 1% para los trabajadores de salud y educación, y del 1,5% para los jubilados del sistema de reparto.
A decir de Arce, el aumento de las rentas a los jubilados del sistema de reparto del 5% al 6,5% y del salario para los trabajadores de los sectores de educación y salud del 10 al 11% representa unos $us 110 millones adicionales que derivarán en el aumento del déficit fiscal con relación al PIB.
Antes de que el gobierno acuerde con la COB el aumento salarial del 11%, el ministro Arce declaró el 13 de abril que con el incremento del 10% para salud y educación, el déficit para este año llegará al 4,2%, que en cifras representa US$880 millones.
Arce expresó su esperanza de que el déficit en este año no ascienda al 6% con relación al PIB. Indicó que las recaudaciones obtenidas en el primer trimestre de este año por el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) son un aliento para que el déficit se reduzca.
Asimismo, aclaró que el aumento salarial dispuesto por el Gobierno para los trabajadores de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y los mineros de Huanuni no están vinculados al déficit del TGN. “Sí está vinculado el déficit (de ambos sectores), pero no al TGN. Lo que el Ministerio de Economía administra es el TGN, donde ahí tenemos problemas”.
Salarios adecuados. Según Armando Méndez, la política salarial aplicada por el Gobierno es la adecuada. “Aunque la gente esté disconforme, se está evitando una mayor inflación”.
‘El país vuelve a la vieja historia de los déficit’
El analista económico Gonzalo Chávez dijo que “lamentablemente el país vuelve a la vieja historia de los déficits públicos que no son generados para aumentar la inversión”, sino el gasto corriente.
Más cauto, el ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Armando Méndez, dijo que se debe esperar hasta fin de año para determinar el porcentaje del déficit porque éste puede disminuir con el aumento de las recaudaciones impositivas.
Chávez manifestó que el aumento del déficit al 4,9% del Producto Interno Bruto (PIB) radica principalmente en el gasto en salarios, a causa del crecimiento en el número de trabajadores tanto en las empresas públicas como en la administración pública.
Ante este escenario, el analista económico planteó una racionalización en el gasto corriente. Se deben realizar “políticas fiscales más responsables y cuidadosas para no tener un déficit alto del 5%”, manifestó el experto.
Antes del 2006, los sucesivos gobiernos afrontaron elevados déficits fiscales que, casi siempre, pusieron en riesgo la estabilidad política y económica del país.