Downing Street está enfrentando presiones por parte del opositor Partido Laborista para que todo negocio esté sujeto a un “examen de interés público”.
David Cameron ha lanzado la advertencia de que Gran Bretaña no debe “subir el puente levadizo” contra los inversionistas extranjeros y señaló su rechazo a intervenir en la toma de AstraZeneca que ha propuesto Pfizer y que costaría 63.000 millones de libras (US$106.147M).
Downing Street está enfrentando presiones por parte del opositor Partido Laborista para que todo negocio esté sujeto a un “examen de interés público”, una maniobra que requeriría fortalecer los poderes del Gobierno para vigilar las tomas de compañías extranjeras.
Pero Cameron dijo que el Reino Unido se beneficiaría “masivamente” de su apertura económica e insistió en que el Gobierno estaba logrando “muy buenos avances” en buscar garantías laborales por parte de Pfizer sin necesidad de emplear poderes adicionales.
Sus comentarios fueron hechos al tiempo que Ian Read, presidente y director ejecutivo de la farmacéutica estadounidense, se preparaba para viajar a Londres y responder mañana a preguntas de los parlamentarios sobre la que será la toma corporativa más grande en la historia del Reino Unido.
Chuka Umunna, secretario de Comercio de oposición, le escribió durante el fin de semana a Vince Cable, su contraparte oficial, pidiéndole que expandiera los poderes del Gobierno para permitir que el interés público se aplique a negocios que involucran partes críticas de la base científica del Reino Unido. “Lo apoyaríamos en añadir esta categoría y queremos trabajar con usted de una forma bipartidista para que ocurra”, aseguró.
Tanto Cable como Cameron reconocieron la semana pasada que sería posible expandir los criterios para intervenir bajo las leyes actuales, pero Downing Street ha dejado claro su deseo de evitar un paso de este tipo.
Ed Miliband, líder laborista, ha acusado a Cameron de actuar como un “porrista” de la oferta de Pfizer, al sostener conversaciones con la compañía estadounidense con respecto al potencial acuerdo, aunque AstraZeneca hasta ahora se ha resistido a los avances de su rival.
Entre tanto, Nick Clegg, primer ministro encargado, le dijo a Sky News que el Gobierno quería “compromisos duros y de obligatorio cumplimiento” por parte de Pfizer sobre sus planes para la segunda farmacéutica más grande del Reino Unido. AstraZeneca emplea aproximadamente 7.000 personas y representa más del 2% de los bienes exportados.
Pfizer ya ha prometido mantener el 20% de la fuerza de trabajo combinada de investigación y desarrollo durante al menos cinco años después de la fusión.