Los bancos españoles, que ya tienen que provisionar alrededor de 54.000 millones de euros por los activos considerados tóxicos (dudosos o subestándar), deberán aumentar ahora la provisión genérica del 7% al 30% en los créditos al sector inmobiliario.
Madrid. El gobierno tiene previsto aprobar en el Consejo de ministros de este viernes un nuevo endurecimiento de las provisiones de activos de los bancos expuestos al sector inmobiliario que obligará a las entidades a engrosar el colchón en unos 35.000 millones de euros, dijeron este martes fuentes financieras.
Los bancos españoles, que ya tienen que provisionar alrededor de 54.000 millones de euros por los activos considerados tóxicos (dudosos o subestándar), deberán aumentar ahora la provisión genérica del 7% al 30% en los créditos al sector inmobiliario considerados no dudosos, explicó una de las fuentes.
Otra fuente explicó que la cifra podría variar ya que está por definir el modelo exacto de la provisión en función del activo- "la cifra va a estar entre 20.000 y 40.000 millones de euros", dijo-, mientras que el ministerio de Economía no quiso hacer comentarios preguntado al respecto.
Los créditos de la banca a promotores y constructores considerados no dudosos ascienden a unos 140.000 millones de euros y actualmente sólo están asegurados con una provisión genérica del siete por ciento.
La nueva norma, que se aprobará coincidiendo con un ambicioso plan de saneamiento en Bankia también coincidirá con la aprobación de un plan que contempla la desconsolidación o segregación de los activos inmobiliarios de los bancos en sociedades fuera de balance, dijo otra fuente.
El reformista gobierno español está luchando para recuperar la credibilidad en el sistema financiero español y pretende con esta enésima reforma despejar las dudas que han manifestado instituciones y economistas desde el Fondo Monetario Internacional a la Comisión Europea.
Los bancos españoles, con una exposición total al maltrecho negocio del ladrillo cifrada en 320.000 millones de euros, ya se han visto obligados a hacer un fuerte esfuerzo para encauzar eventuales pérdidas en un contexto muy exigente en ratios de capital.
Tras una reordenación del sector mediante fusiones, absorciones, nacionalizaciones y posteriores adjudicaciones, la pesada losa de un negocio inmobiliario que no ha tocado suelo ensombrecía el panorama en un contexto de fuertes restricciones de crédito interbancario solo solventadas por la "generosidad" del BCE.
El ministerio de Economía, consciente de la dimensión del problema, ya endureció los colchones bancarios en febrero al obligar a las entidades a cubrir el 80% del valor de los activos problemáticos de suelo, el 65% de las promociones en curso y un 35% de los edificios terminados.
Pero la presión incesante de los mercados, un reciente informe del FMI y la costosa prima de riesgo habrían llevado al gobierno de Mariano Rajoy a un nuevo aumento de las reservas para contingencias aún a costa de meter más presión a los balances de los bancos.