Sin acceso a los mercados de bonos y con el dinero del rescate financiero bloqueado, Grecia se está quedando sin efectivo para cumplir con sus compromisos.
Grecia tiene la intención de cumplir con sus obligaciones de deuda pero necesita urgentemente de ayuda para poder hacerlo, dijo el lunes el Gobierno, después de que varios funcionarios insistieron en que Atenas no tiene dinero para cumplir con un pago que vence la próxima semana.
Sin acceso a los mercados de bonos y con el dinero del rescate financiero bloqueado, Grecia se está quedando sin efectivo para cumplir con sus compromisos.
El país debe pagar cuatro préstamos por un total de 1.600 millones de euros al Fondo Monetario Internacional el próximo mes, comenzando con 300 millones de euros el 5 de junio que es visto como el próximo punto crucial para las arcas del Gobierno.
Atenas tiene el dinero para pagar los salarios mensuales y las pensiones esta semana, dijo el portavoz Gabriel Sakellaridis. Pero fue menos directo cuando se le preguntó sobre el pago del 5 de junio, reiterando que la posición oficial del Gobierno es que tiene la responsabilidad de pagar todas sus obligaciones.
"Basándonos en los problemas de liquidez que tenemos, existe la necesidad imperiosa de que nosotros y la zona euro alcancemos un acuerdo tan pronto como sea posible", dijo en rueda de prensa.
"Hasta el punto en que podamos cumplir nuestras obligaciones de pago, cumpliremos nuestras obligaciones de pago. Es la responsabilidad del Gobierno estar en posición de atender todas esas obligaciones", afirmó.
Un creciente número de altos funcionarios del Gobierno, con el ministro del Interior entre ellos, han dicho abiertamente que Atenas no tiene los medios para pagarle al FMI y que priorizaría cumplir con los empleados públicos y pensionados.
"No tenemos el dinero. No pagaremos. Así de simple", aseguró el lunes el viceministro de Relaciones Exteriores Nikos Chountis, quien ocupa la cartera de asuntos europeos, a la televisión griega.
Funcionarios griegos han amenazado con frecuencia sobre una moratoria en las últimas semanas, argumentando que el país no tiene efectivo, lo que sus pares de la zona euro han descartado como una táctica dentro de las negociaciones para aumentar la presión sobre los acreedores para desembolsar dinero.
Sakellaridis también expresó optimismo de que se alcanzaría un acuerdo a inicios de junio pero reconoció que aún se tenían que alcanzar pactos con la UE y el FMI respecto a la subida del IVA, las reformas de las pensiones y del mercado laboral, además del objetivo de un menor superávit primario.
No aceptar recortes sobre los salarios y las pensiones ha sido una de las denominadas "líneas rojas" del Gobierno en más de cuatro meses de negociaciones desde que asumió el poder en enero.