El primer ministro de Grecia se apresuraba el domingo por convencer a prestamistas y políticos para que firmen un acuerdo de rescate de 130.000 millones de euros.
Atenas. Un tecnócrata nombrado en noviembre, el primer ministro Lucas Papademos, busca evitar que Grecia caiga en un default (suspensión de pagos) desordenado con el vencimiento de bonos previsto para el próximo mes.
Su ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, dijo que Atenas tenía sólo algunas horas hasta el domingo por la noche para sellar un paquete financiero con los prestamistas, después de que sus pares de la zona euro le dijeran que estaban listos para abandonar a Grecia si no garantizaba la implementación de dolorosos recortes de gastos.
"Estamos al filo de la navaja", dijo Venizelos el sábado después de lo que describió como una teleconferencia "muy difícil" con sus contrapartes de la zona euro. "El momento es crucial", sostuvo.
La primera misión de Papademos el domingo es conseguir al menos un acuerdo preliminar con la "troika" de prestamistas internacionales sobre las reformas requeridas en el rescate, luego de varios días de negociaciones que no lograron resolver el complicado tema de cortes salariales y de gastos.
Los funcionarios griegos salen cada vez más abatidos de las rondas de negociaciones, quejándose de que el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional - conocidos como la "troika" - se niegan a ceder en sus demandas para reducir el salario mínimo, eliminar los bonos por vacaciones y despedir a trabajadores públicos.
Difícil panorama político. Papademos enfrentará después una tarea más dura aún: convencer a los líderes políticos que componen su coalición para que respalden las reformas exigidas por los prestamistas, bajo riesgo de arruinar sus posibilidades electorales en los próximos comicios de abril.
Se espera que el primer ministro de reúna con los prestamistas a primera hora de la tarde antes de entrevistarse con los políticos socialistas, conservadores y de extrema derecha de su coalición más adelante en el día.
Los partidos Nueva Democracia y LAOS, conservadores y de extrema derecha, respectivamente, se han opuesto con firmeza a nuevos recortes de sueltos y gastos, argumentando que eso llevaría a Grecia a una recesión más profunda e impondría una carga demasiado pesada a los griegos.
"La verdad es que la gente está cansada. No pueden soportar más austeridad", dijo el portavoz de Nueva Democracia Yannis Michelakis al semanario Real News.
El líder de LAOS, George Karatzaferis, en tanto, rechazó lo que llamó un "ultimátum" para lograr un acuerdo el domingo. El Gobierno de Papademos le imploró que fuera más colaborador.
"Hemos llevado adelante unas negociaciones sobrehumanas. Así que los líderes políticos deben ayudarnos ahora", dijo un alto funcionario del Gobierno, agregando que los jefes de partidos eran libres de unirse a las negociaciones del domingo si los prestamistas lo permitían.
Los prestamistas de Grecia, que desean recortes de gastos de un 1% del PIB para este año - por sobre 2.000 millones de euros - han exigido que todos los líderes políticos del país aprueben las medidas de austeridad sin importar el resultado de las próximas elecciones.