Las propuestas de reforma marcan un nuevo intento de Tsipras por comprometerse con los prestamistas cuando se agota el tiempo para llegar a un pacto que evite que su país caiga en bancarrota.
Grecia presentó a sus acreedores nuevas propuestas para destrabar fondos que eviten que el país caiga en default, mientras el primer ministro, Alexis Tsipras, mostró esperanzas de un acuerdo y advirtió que el costo del fracaso sería enorme.
Las propuestas de reforma marcan un nuevo intento de Tsipras por comprometerse con los prestamistas cuando se agota el tiempo para llegar a un pacto que evite que su país caiga en bancarrota.
Una fuente cercana a las conversaciones dijo a Reuters que Grecia continuará negociando el martes con sus acreedores para acortar las diferencias sobre su propuesta de reformas para alcanzar un acuerdo durante una reunión en Bruselas el miércoles.
"Avanzaremos lo más cerca posible esta noche, trataremos de acortar la distancia entre nosotros para que los líderes políticos puedan dar el paso final mañana", dijo la fuente.
Sin embargo, funcionarios de la Unión Europea dijeron que las nuevas propuestas de reformas griegas no son suficientes para alcanzar un acuerdo para destrabar nuevo financiamiento para Atenas.
"Lo que ha sido presentado no es suficiente para avanzar en el proceso", dijo a Reuters un funcionario de la Unión Europea.
"No es suficiente y no es aceptable para los estados miembros, diría", afirmó un segundo funcionario.
Margaritis Schinas, el principal portavoz de la Comisión Europea y quien recibió las propuestas griegas, reiteró que la entidad está estudiando las sugerencias y remarcó que otros funcionarios de la Unión Europea "no hablan por" la comisión.
Más temprano, Schinas dijo a periodistas que la Comisión Europea, junto al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional, estaban evaluando las sugerencias griegas "con diligencia y cuidado" y declinó hacer comentarios sobre la naturaleza de las propuestas.
Tsipras -que adoptó un tono más conciliador antes de reunirse el miércoles con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el presidente de Francia, François Hollande- acordó aumentar la tasa del impuesto al valor agregado y propuso metas de superávit presupuestario más altas para salvar la brecha con los prestamistas.
El programa de rescate de Grecia con la Unión Europea y con el Fondo Monetario Internacional (FMI) expira a fines de este mes y Atenas debe hacer grandes pagos de deuda para ese momento, los que serían imposibles sin recibir fondos de sus acreedores.
En una entrevista publicada el martes por un periódico italiano, Tsipras adoptó un tono más conciliador que el viernes, cuando desechó como "absurda" la oferta de sus acreedores de dinero en efectivo a cambio de promesas de más reformas y austeridad.
"Creo que estamos muy cerca de un acuerdo sobre el superávit primario para los próximos años", dijo Tsipras al diario Corriere della Sera.
"Sólo es necesario que haya una actitud positiva sobre propuestas alternativas a recortes de pensiones o la imposición de medidas recesivas", agregó.
Olas de austeridad. Desde que su partido Syriza ganó las elecciones este año, Tsipras ha denunciado en reiteradas oportunidades la futilidad de imponer olas de austeridad en un país cuya economía ya se ha reducido en un cuarto, empeorando radicalmente la calidad de vida y provocando un fuerte aumento del desempleo.
Grecia no ha recibido ayuda de sus acreedores desde agosto y éstos no están dispuestos a entregar los fondos remanentes del rescate financiero sin que Atenas aplique las reformas que los prestamistas creen que son esenciales para que el país se sostenga por sí mismo.
Tsipras advirtió que no debe asumirse que si Grecia cae en default va a poder salir de la zona euro sin que eso tenga consecuencias profundas.
"Sería el comienzo del fin de la zona euro", afirmó. "Si Grecia fracasa, los mercados mirarán inmediatamente al próximo. Si las negociaciones fallan, el costo para los contribuyentes europeos sería enorme", sostuvo.
También descartó la opción de llamar a elecciones anticipadas para poner fin a la disputa con los prestamistas.
Los contribuyentes en Alemania, que es el país que más aportó a los rescates para Grecia por un total de 240.000 millones de euros, son particularmente hostiles a ayudar a Atenas.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dijo que su país y Grecia aún tienen reparos sobre un posible compromiso entre Atenas y sus acreedores para impedir que el país caiga en default.
"Mi contraparte griega está trabajando duro", declaró Schäuble el martes en una conferencia económica en Berlín tras reunirse el lunes con el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis [nB4N0YQ002].
En la misma conferencia, el ministro de Finanzas de Finlandia, Alexander Stubb, afirmó que "haremos todo para mantener a Grecia en la zona euro (...) pero nuestra paciencia se acaba".