Atenas se comprometió el jueves con medidas de austeridad adicionales con la esperanza de recibir el rescate de 130.000 millones de euros (US$170.000 millones), el cual lo salvará de la bancarrota el mes próximo.
Atenas. Grecia parece estar acercándose a un nuevo programa de rescate internacional, pese a las dudas no resueltas entre sus socios de la zona euro sobre cuán rápido conseguirá reducir su deuda.
Atenas se comprometió el jueves con medidas de austeridad adicionales con la esperanza de recibir el rescate de 130.000 millones de euros (US$170.000 millones), el cual lo salvará de la bancarrota el mes próximo.
Se espera que los ministros de Finanzas de la zona euro aprueben finalmente el lunes el programa de ayuda.
La canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro italiano, Mario Monti, y el primer ministro griego, Lucas Papademos, esperan con optimismo que el acuerdo sea concretado el lunes en la reunión del Eurogrupo, dijo el Gobierno de Roma luego de que los tres líderes sostuvieran el viernes una teleconferencia.
Pero los negociadores de los prestamistas de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional están revisando de nuevo los temas espinosos, lo que ha tensado las relaciones entre Grecia y los países del norte del bloque monetario.
"El escepticismo es especialmente fuerte entre los estados con calificación AAA respecto a si Grecia superará esto", dijo la revista alemana Der Spiegel, citando a la ministra de Finanzas de Austria, Maria Fekter, en referencia a las naciones con la máxima calificación crediticia, como Alemania, Finlandia y Holanda.
"El riesgo de insolvencia griega no está fuera de la mesa", indicó.
La incertidumbre se centraba en una evaluación de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI que pronosticaba que la deuda griega bajará a cerca del 129% del PIB en el 2020, por encima de la meta del 120 por ciento establecida en octubre.
Funcionarios establecieron previamente una meta del 125% que sería aceptable para buena parte de los miembros de la unión monetaria, pero serían necesarias nuevas medidas para incluso alcanzar ese objetivo.
Frente a la perspectiva de un cambio en el gobierno de Grecia en abril, la zona euro evalúa buscar mayores regulaciones de las medidas que tomará el país heleno para recortar su deuda, y la creación de una cuenta de depósito manejada por terceros para proteger los fondos destinados al pago de bonos.
Incluso si Grecia asegura su segundo paquete de rescate desde el 2010, funcionarios dicen que existe una opinión cada vez más fuerte en la zona euro de que el nuevo salvataje podría no resolver los problemas de la nación.
"Sinceramente, pensamos en planes de emergencia si algo sale mal inesperadamente", dijo el jueves el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, al Parlamento de su país.
"Es una política prudente de cada ministro de Finanzas el pensar en lo que podría suceder además del resultado deseado", declaró.
El ministro holandés dijo que una reunión prevista con sus pares de Finanzas del Eurogrupo había sido adelantada en dos días, y afirmó que él y su contrapartes de Alemania y Finlandia habían votado en contra de entregar más ayuda a Grecia.
En este punto, Atenas aún no había aclarado cómo realizaría un recorte adicional de 3.300 millones en su presupuesto fiscal para este año.
El Gobierno griego finalmente acordó con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional cómo llenar un vacío de 325 millones de euros en el conjunto de recortes fiscales por 3.300 millones de euros.
Dos fuentes dijeron que 100 millones de euros provendrían de recortes en Defensa, cerca de 90 millones a partir de anticipos de reducciones salariales del sector público y otros 135 millones serían tomados de los ministerios de Salud, Trabajo e Interior.
"Por presiones de algunos países, la reunión del Eurogrupo fue pospuesta porque pensamos que de otra manera se dirigiría al fracaso", dijo Jager. "De otra forma, mi colega alemán, mi colega finlandés y yo no podríamos haber avanzado y sólo hubiéramos podido decir que no", afirmó.
Grecia necesita fondos por US$14.500 millones para cubrir el pago de bonos que vencen el 20 de marzo. Además de la desconfianza de las capitales europeas, el Gobierno griego también afronta hostilidades en casa.
Decenas de miles de personas protestaron fuera del Parlamento y manifestantes airados prendieron fuego a edificios en el centro de Atenas a inicios de esta semana, cuando el Parlamento adoptó el paquete de recortes adicionales exigido por los prestamistas.
Los sindicatos han convocado a otra manifestación para el domingo.