Los ministros de Finanzas de la zona del euro cerraron su tercera reunión en una semana sin un acuerdo.
Bruselas. Grecia no consiguió este jueves llegar a un acuerdo con sus acreedores internacionales, dejando para el sábado un último esfuerzo negociador que evite una cesación de pagos de Atenas la próxima semana, en medio de temores a turbulencias financieras.
Los ministros de Finanzas de la zona del euro cerraron su tercera reunión en una semana sin un acuerdo, tras una última propuesta de reformas a cambio de dinero presentada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que no satisfizo al gobierno izquerdista de Atenas.
"La puerta sigue abierta para que Grecia presente una nueva propuesta o acepte lo que está planteado", dijo a periodistas el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, antes de informar del encuentro a los líderes de la Unión Europea sobre el estancamiento.
El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, minimizó el revés, tras presentar su propia propuesta que considera el aumento de impuestos y de aportes a la seguridad social, pero que los prestamistas dicen que no generarán suficientes ingresos fiscales para tapar un déficit en el presupuesto.
"La instituciones revisarán de nuevo los dos documentos: el nuestro y el suyo. Habrá discusiones con el Gobierno griego y continuaremos hasta que encontremos una solución", dijo Varoufakis a periodistas.
La canciller alemana Angela Merkel dijo en un encuentro de líderes partidarios de la centroderecha europea que tiene que haber un acuerdo antes de la apertura de los mercados del lunes, según dos participantes.
Sus comentarios, realizados a puertas cerradas, recuerdan a los momentos más álgidos de la crisis de deuda de la zona del euro en 2012, cuando líderes de la Unión Europea temieron una posible desaparición del euro.
Según las fuentes, Merkel dijo en el encuentro del Partido Popular Europeo que Alemania, el mayor acreedor, "no sería chantajeado" por Grecia.
Si las partes no alcanzan un acuerdo de dinero a cambio de reformas en la próximas 48 horas, es poco probable que Grecia, que ha recibido dos rescates financieros por 240.000 millones de euros desde 2010, evite caer en cesación de pagos ante el FMI.
El no pago de 1.600 millones de euros que debe Grecia el FMI hasta el martes podría provocar una fuga bancaria y el establecimiento de controles de capital, seguidos por una salida del país de la zona euro.
"La decisión es exclusiva de las autoridades griegas. Ellos, sin embargo, han elegido retroceder", dijo el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, al llegar a la segunda reunión de emergencia del Eurogrupo en menos de 24 horas.
Ultimátum. Tras cinco meses de amargas negociaciones, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea habían dado al primer ministro griego, Alexis Tsipras, un ultimátum para que presentara el jueves un nuevo plan creíble de reformas.
Grecia dejó pasar el plazo y dijo que mantendría la propuesta que hizo el lunes con algunos cambios.
El drama se desarrolló horas antes de una reunión de líderes de la Unión Europea en Bruselas para una cumbre sobre inmigración, el futuro a largo plazo de la zona euro y la renegociación de los términos de la membresía de Gran Bretaña, asuntos que han sido opacados por la crisis de la deuda de Grecia.
Diplomáticos dijeron que la táctica de los prestamistas refleja la exasperación por la negativa de Tsipras a comprometerse en reformas clave de pensiones, mercados laborales, salarios e impuestos, que cruzan las "línea rojas" definidas por su partido Syriza.
Funcionarios griegos cercanos a las negociaciones afirman que los compromisos del Gobierno ya han cruzado sus "líneas rojas", al ofrecer aumentar los impuestos y las contribuciones a las pensiones.
En tanto, funcionarios de la eurozona dijeron que no habrá más reuniones entre Grecia y los acreedores hasta una sesión del Eurogrupo en la mañana del sábado, tanto para evitar que Tsipras trate de conseguir un pacto político en la cumbre europea como para dejarle claro a su Gobierno que la opción es "lo tomas o lo dejas".
El ministro austriaco de Finanzas, Hans Joerg Schelling, de línea dura frente a Grecia ha dicho que el plazo final para llegar a un acuerdo es el domingo, un día antes de que el parlamento alemán se reúna para aprobar la ayuda que permita cumplir con el pago al FMI.
"La exigencia de los prestamistas para llevar medidas aniquiladoras a la mesa muestra que el chantaje contra Grecia está alcanzando un clímax", dijo a Mega TV el portavoz de Syriza en el Parlamento, Nikos Filis.
Frustración. La frustración era palpable a ambos lados. Un funcionario de la zona euro describió la pérdida de confianza en los griegos como "extrema" y cuestionaba si un acuerdo era realista, dada la intransigencia de Atenas.
En Fráncfort, una fuente familiarizada con las deliberaciones en el BCE dijo que el poderoso jefe del banco central alemán, Jens Weidmann, expresó nuevas preocupaciones sobre la continua provisión de liquidez de emergencia para mantener a flote a los bancos griegos, pese a la salida de depósitos.
El consejo gobernante del BCE, que realiza teleconferencias diarias para hablar sobre la situación, aprobó nuevamente el jueves el financiamiento solicitado por el banco central griego, dijo una fuente bancaria en Atenas.
Los negociadores no han podido redactar un borrador de acuerdo debido a persistentes diferencias sobre la reforma de pensiones, los impuestos, la legislación laboral, los salarios del sector público, la apertura de profesiones cerradas e inversiones.
Para complicar más las cosas, cualquier acuerdo tendría que ser respaldado por los legisladores griegos, seguido de votaciones en varios parlamentos europeos.